Desde la Municipalidad de Winifreda vienen trabajando en mejorar el arbolado urbano, no solo de retirar árboles viejos, que representan peligro para los transeúntes, sino de colocar hermosos y diferentes especies para darle un aspecto más llamativo y natural a la localidad.
"Conservar los ejemplares saludables, extraer aquellos que se encuentren en mal estado y reemplazarlos por las especies vegetales más apropiadas para las distintas condiciones climáticas y suelos". Estas son algunas de las tareas de conservación del arbolado urbano que lleva adelante la Municipalidad de Winifreda con el asesoramiento técnico del ingeniero forestal Ramiro Vicente de General Pico, quien fue contratado por sus conocimientos sobre forestación en espacios públicos en ejidos urbanos. Desde hace casi tres meses visita esta localidad para coordinar las actividades llevadas a cabo por empleados municipales.
Ahora desde el municipio local informan que han adquirido nuevas especies para mejorar el arbolado urbano y otros lugares de esparcimiento.
Entre éstos ejemplares, se destacan:
40 Jacarandás
20 Fresnos rojos
10 Plátanos
5 Cipreses calvos
10 Robles europeos
5 Tilos
5 Magnolias lilifloras
10 Abelias grandes
Intervención en la plaza San Martín
Otro espacio intervenido fue la plaza San Martín donde “estamos trabajando para resolver cuestiones de índole paisajística. Puntualmente se han removido arbustos y efectuadas tareas de poda sobre todo para despejar luminarias”. El próximo paso será la remoción gradual de los ciruelos de jardín plantados en la vereda de los cuadrantes de la plaza. El profesional justificó esa medida. “Es un arbusto grande y no es adecuado para las aceras. Los vamos a ir sacando y reponiendo por plátanos a una distancia de diez metros uno de otro. Es un árbol que le dará otro sentido, sombra y magnitud a la plaza”, indicó. Sin embargo, los ciruelos serían relocalizados.
Vicente señaló que la forestación iniciada tendrá sus resultados “a mediano y largo plazo” y marcó el cambio de paradigma que se le presenta a la sociedad: “empezar a valorar especies que tal vez nos parecen raras, pero debemos implantarlas porque el clima nos pone las condiciones y tenemos que acoplarnos a ese marco”.
Más adelante, Vicente sostuvo que “independientemente de quien lo haya plantado en la vereda, el árbol forma parte del patrimonio público y su mantenimiento es de índole comunitario aunque siempre lo hace el municipio”.
En la misma línea de pensamiento, consignó que “la responsabilidad del frentista es dar aviso a la cooperativa o al municipio cuando vea en malas condiciones una planta, si levanta la vereda o está por caerse, si pasó un camión y quebró sus ramas o si éstas afectan al tendido eléctrico. La comuna tiene personal que puede resolver cada situación de la manera más adecuada. La clave es que el vecino sea los ojos de esas situaciones”. Además, los ciudadanos tienen obligaciones hacia los árboles, entre ellas regarlos, fertilizarlos, mantener las cazuelas despejadas de yuyos. “Es una cuestión cultural que se aprende o se transmite dentro de cada familia o en las escuelas, por eso como comunidad tenemos el trabajo de transmitir la importancia de que haya árboles en el ámbito urbano y cuidarlos”, concluyó.
Poda y extracción “unificada” en el municipio
La poda de árboles es una competencia exclusiva de la municipalidad para lo cual se armó una cuadrilla de podadores oficiales. Estos fueron capacitados por el ingeniero forestal Ramiro Vicente. “La idea es que esta tarea y las extracciones queden a cargo exclusivamente del municipio y no en manos de particulares porque el arbolado se encuentra en un espacio público. Puede haber gente con muy buena voluntad y hacer las cosas bien o todo lo contrario, por eso es preferible tener la gestión unificada en una sola institución”.
Cuando se le apuntó que en el pueblo existen podadores particulares con vasta experiencia, Vicente señaló que en la actualidad “las técnicas de poda han cambiado muchísimo. Esta práctica si no se realiza correctamente afecta la estructura del árbol porque se empieza a pudrir el tronco o las ramas y la ramificación excesiva de una copa termina siendo perjudicial para la resistencia arbórea”. En consecuencia “el paradigma más novedoso (de los últimos 30 años) es tocar lo menos posible las copas de los árboles”.
El dilema que muchas veces se presenta es poda o limpieza. Al respecto, Vicente dijo que “depende de cada situación. Muchas veces se sacarán pocas ramas, si hay cables la intervención será mayor y en algunos casos se recomendará la extracción del árbol. Cada caso tiene su particularidad y queremos que la cuadrilla las vaya descubriendo”, finalizó Vicente.
Fuente: Municipalidad de Winifreda y Luis Barbaschi
