Las Inferiores del Deportivo Winifreda se quedaron con los 3 puntos en ambas categorías al vencer sus respectivos compromisos ante el Deportivo Matadero.
En una tarde soleada pero fresca, la Cuarta División de Winifreda se impuso por 2 a 1 con dos goles de Mariano Villarreal. Aunque el resultado parece ajustado, el equipo local fue muy superior a la visita, siendo el protagonista principal del encuentro.
Luego llegó el turno de la Quinta División que plasmó su goleada en el primer tiempo, al imponerse por 3 a 0 con goles de Bastián Caballero, Valentín Herlein y Benjamín Muñoz. En la segunda etapa, el equipo de Winifreda, con más tranquilidad por la diferencia de goles, tuvo más el balón y se dedicó a tratar de aumentar el marcador.
El buen ejemplo
Lo dio el Campeón Mundial y Bi-campeón Americano Dr Daniel Martínez, médico oficial del Seleccionado Argentino de Fútbol, que se hizo presente en el Estadio de Winifreda a apoyar a los jugadores del club de sus amores: el Deportivo Winifreda. Daniel, ingresó al campo de juego en el descanso entre ambos partidos y se sacó fotos con los dos equipos winifredenses y con varios presentes, donde no faltaron las anécdotas de Daniel en su etapa juvenil vistiendo la casaca girasolera.
El mal ejemplo
Fue cuando se disputaba el encuentro de Quinta División, donde un padre del equipo visitante que ingresó cuando ya se había levantado la entrada y desde que se bajó de su vehículo no hizo más que comenzar a gritar y faltarle el respeto a los jugadores y al público presente, por lo que el árbitro del encuentro tuvo que suspender dos veces el partido para decirle al irrespetuoso padre (o tutor) que dejara de gritarle a los chicos que estaban jugando. Incluso en la segunda oportunidad que cortó el trámite del partido, se acercó el hijo del exasperado hincha de Matadero a pedirle que se calmara un poco y los dejara jugar, que al recibir una mala contestación se largó a llorar, un poco por la impotencia de lo que sucedía y otro poco por la vergüenza que le provocaba la persona que debería ser ejemplo en su vida. Luego de eso, sucedió la grandeza de todos los jugadores (de ambos equipos) que fueron a abrazar y a acompañar al juvenil, con el respaldo de todos los presentes que se sumaron en un fuerte aplauso. Por suerte el adulto que creó toda ésta confusión se dio cuenta de su error y se encerró en su vehículo para no salir más por el resto del partido.