En la tarde de ayer, en el primer día de la prohibición del ingreso de no residentes a La Pampa, fue imposible cumplirlo en 25 de Mayo. Fue tal la cantidad de automovilistas que se hizo colapsar el tránsito sobre Puente Dique que finalmente, «por orden de Santa Rosa», la policía debió ceder y autorizar la circulación.
Desde la hora cero de ayer, personal de la Unidad Regional IV llevó adelante un plan de control vehicular en los accesos a la provincia en Casa de Piedra y 25 de Mayo. Todo anduvo bien hasta que promediando la tarde el flujo de tránsito por la ruta nacional 151 se incrementó y produjo un embotellamiento impresionante en el Puente Dique.
Allí, ante la negativa del personal policial de seguir transitando, varios automovilistas, que no eran residentes pampeanos, cruzaron sus autos y cortaron totalmente la circulación. En medio quedaron varados numerosos vehículos, entre ellos automóviles, camionetas y camiones.
Los agentes en un momento negociaron con los automovilistas que dejaran pasar a los camiones, que sí tenían libre tránsito según los decretos nacional y provincial, pero tras una hora la situación volvió a punto cero cuando otros transeúntes volvieron a cortar la ruta sobre el puente.
Los automovilistas, turistas que volvía a sus provincias o a Buenos Aires -como se escuchó en un video de Radio Génesis- generaron una discusión donde argumentaban que La Pampa no tenía jurisdicción sobre una ruta nacional. Y a las 20, llegó al lugar el comisario Juan José Martiní, jefe de la Comisaría Departamental de 25 de Mayo, quien decidió liberar el paso de todos. «Es una orden de Santa Rosa que se libere el tránsito», dijo.
Reacción vecinal.
Pero no todo terminó ahí, porque intervinieron vecinos de 25 de Mayo que escucharon la transmisión en vivo del citado medio. Un nutrido grupo de veinticinqueños concurrió a la zona de conflicto y cerró la ruta provincial 34 que es el acceso a la ciudad donde se generaron algunos cruces verbales con los automovilistas.
Los pobladores cruzaron sus vehículos e impidieron el ingreso a personas no residentes en esa localidad. «No tienen que pasar. Es simple que se vuelvan. Esto ya se sabía es que van y vienen de vacaciones, no tienen respeto por la vida», se quejó una vecina resumiendo el sentir de la comunidad local.