- Por Norberto G. Asquini -
El 9 de octubre de 1975, hace 45 años, fallecían en un siniestro de tránsito en la ruta nacional 5 dos diputados provinciales del peronismo pampeano y un sindicalista.
El trágico hecho conmocionó a la provincia no solo por la investidura de los fallecidos, sino por las circunstancias políticas que lo rodearon. En esos momentos se vivía la interna en el justicialismo entre el gobernador José Aquiles Regazzoli y el ala sindical y se tejieron distintas versiones en torno al siniestro vial.
Un contexto complejo
El siniestro vial ocurrió por la mañana en cercanías de Carlos Casares y murieron los legisladores Fermín Contreras (del gremio de fideeros) y Néstor Izaguirre (de Luz y Fuerza) y el gremialista Antonio Fernández, secretario general de los camioneros. Quedarían con vida el sindicalista de Luz y Fuerza y ex asesor de gobierno, César Montes de Oca, y el chofer.
El accidente se dio en el marco de los conflictos políticos que se estaban dirimiendo en el #peronismo pampeano. Y dentro de un contexto nacional de violencia política y crisis económica que pocos meses después llevaría al golpe de Estado (que ya se estaba preparando). Por entonces, las relaciones entre Regazzoli y el ala sindical se habían roto.
El 8 de octubre el gobernador viajó a Capital Federal ya que se iba a reunir al día siguiente con el ministro del Interior Angel Federico Robledo; y los legisladores y sindicalistas, junto con el vicegobernador Rubén Marín, también lo hicieron por su lado para reclamar medidas, críticos de la línea del mandatario provincial. La prensa opositora que acicateaba el conflicto hablaba de “que pedían la cabeza del gobernador”. Hay que mencionar que para entonces varios gobernadores habían sido destituidos tras sus choques con el ala sindical. Si algo faltaba al público y descarnado enfrentamiento dentro del peronismo, eran tres muertes.
Los testigos del vuelco en el que murieron los tres sindicalistas no dejaron dudas de que fue un accidente, pero en esos momentos hubo sospechas sobre las causas y la posibilidad de un atentado quedó flotando en la memoria de muchos pampeanos.
El accidente
El viernes 9 a la madrugada desde la Legislatura, que en ese momento era el actual edificio del STJ, los dos diputados y los dos sindicalistas partieron en un Falcon rural blanco al mando del chofer Crego. Contreras se sentó como acompañante junto al conductor y los otros tres en el asiento trasero. En el oeste bonaerense había llovido horas antes y la ruta no estaba para viajar a mucha velocidad.
Hace unos años, cuando escribí el libro “Crónicas del fuego” sobre los setenta en La Pampa, entrevisté a tres de los protagonistas de ese hecho: César Montes de Oca; el ex ministro de Obras Públicas de Regazzoli, Santiago Covella; y el ex ministro de Bienestar Social, Néstor Ahuad. De los tres rescato ahora parte de la grabación y los apuntes que se refieren a ese hecho puntual.
Montes de Oca recordó que durante la conversación en el auto advirtió “Ponéte el cinturón, Contreritas”, a sabiendas de que nunca le hacía caso.
La crónica periodística indicó que a 10 kilómetros de Carlos Casares, en la curva de La Dorita, el automóvil perdió el control y dio un vuelco sobre una de las banquinas. Primero, la rueda delantera derecha pisó la orilla húmeda y el chofer giró bruscamente hacia la izquierda. Al llegar a la otra banquina volvió a maniobrar con un golpe de volante en sentido contrario y nuevamente la Falcon fue hacia la derecha. Descontrolado, el rodado chocó el mojón de cemento que marcaba el kilómetro 302 y voló unos treinta metros. Finalmente, dio al menos tres vueltas sobre sí en un espacio de 60 metros antes de detenerse entre los pastos altos y mojados que lo cubrían todo.
El conductor de un camión de mudanzas fue el primero en observar el accidente, auxilió a sus ocupantes y llamó a la policía. Tres ambulancias llegaron hasta la zona y trasladó a los sobrevivientes: Montes de Oca tenía una pierna atrapada bajo el vehículo; Contreras había sido despedido; y el chofer tenía lesiones de poca consideración. Fernández e Izaguirre habían fallecido en forma casi inmediata dentro del auto. Horas después, a las 23, a causa de las múltiples heridas, Contreras falleció en el hospital de Casares.
Testigos del hecho
Montes de Oca relató durante la charla: “Había llovido e íbamos charlando. Fue un accidente, no hubo otra cosa. El auto chocó un monolito y se dio vuelta. Mi pierna quedó aplastada”. El sindicalista indicaría en su momento: “Recuerdo que por espacio de largas horas no tuve la certeza exacta de lo ocurrido, si bien es cierto que ese sexto sentido, esa intuición que tenemos los seres humanos me hacía percibir que todo había sido muy tremendo y trágico”.
A los 10 días sería trasladado al hospital Español y regresaría a la provincia en febrero de 1976, días antes del golpe. Sería detenido por su actividad sindical y torturado por la Subzona 14.
Todavía con los accidentados en la ruta, un llamado advirtió a Casa de Gobierno del hecho. Apenas conocida la noticia, el ministro Covella que estaba a cargo del gabinete, tomó su vehículo y junto al ex ministro Ahuad se dirigieron hacia Carlos Casares. Covella relató: “Llegué al hospital de Carlos Casares, me entregaron los efectos y una valija, había carpetas con denuncias. Ese día me acuerdo que doné sangre”.
Ahuad recordó sobre el accidente: “Llegamos al lugar donde estaba el auto, todavía estaban los cuerpos en el lugar. Fuimos para ver en qué podíamos ayudar. Nos quedamos después en el hospital. Fue un accidente lamentable”.
Desde Buenos Aires regresaron todos los dirigentes que habían viajado. Regazzoli hizo una escala en Carlos Casares donde se interesó por el estado de salud de Montes de Oca y en la capital pampeana asistió al velatorio de Contreras. Por la noche fue hasta General San Marín para estar en el de Izaguirre.
La política pampeana quedó enlutada por ese lamentable accidente. Las muestras de dolor dejaron en suspenso por algunos días el conflicto en el gobierno. No dio para mucho más: ya se venía el golpe militar.
