Estoy indignado. MUY indignado. En mi extensa experiencia como docente y formador de docentes, conocí, leí, escuché a much@s ministros y ministras de Educación. De la Nación, de mi provincia, de otras. Excelentes algun@s, buenos, regulares, pésimos... hasta alguna autoritaria, una figuretti y un gerente de recursos humanos.
Pero jamás, JAMÁS, había escuchado una descalificación de mi tarea y de mis antigu@s estudiantes (actuales colegas) como la de la actual ministra de CABA, Soledad Acuña.
Mucho podría decir de su postura macartista y cuasi-fascista sobre la tarea de les docentes, su clasismo, su invitación a la delación, sus resabios procesistas sobre las ideas zurdas y la militancia política.
Pero con más de treinta años de formador de docentes, me detengo más bien en el "diagnóstico" falaz que hace Acuña... ya que se corre el riesgo de aceptarlo o darlo por sentado:
- NO es verdad que "personas cada vez más grandes de edad que eligen la carrera docente (...) luego de haber fracasado en otras carreras" sean o serán por ello incapaces o malos docentes.
Al contrario. Mi experiencia me muestra que (en líneas generales, siempre habrá obvias excepciones) mis mejores alumnes de cada curso casi siempre eran aquelles de más edad y que tenían alguna experiencia previa de estudios superiores (aún no terminados, y que para Acuña representarían un fracaso), en general que combinaban el estudio con el trabajo y/o el cuidado de sus hijes.
Se solían destacar por su dedicación, su esfuerzo, su capacidad de volcar su experiencia previa de vida hacia la docencia, pero también (y no es dato menor) porque estoy convencido de que quienes experimentaron algún "fracaso" en sus propios aprendizajes tienen mucha mayor capacidad y empatía para comprender las dificultades de aprendizaje de sus estudiantes (y ayudarles a superarlas).
De hecho mi propia historia tiene bastantes puntos de contacto con las que Acuña desprecia: la docencia no fue mi primera elección profesional, seguí estudiando formalmente (carreras, especializaciones, maestría inacabada -¡oh, otro fracasado!!!!) hasta los 55, con mi hermana somos primera generación de estudiante secundario y universitario en mi familia...
- NO es verdad que "el nivel socioeconómico, o en términos de capital cultural, al momento de aportar para el aula, la verdad es que son de los sectores más bajos socioeconómicos los que eligen estudiar la carrera docente" y eso los inhabilitaría para dicha tarea.
La suposición de que quien pertenece a sectores sociales "bajos" (!) carece de "capital cultural" (Ay, Bourdieu, ¡cómo sufrirías si la escucharas!) o de experiencias válidas para aportar a la enseñanza es una falacia absoluta, además de una clara expresión de prejuicio y discriminación.
La educación popular latinoamericana, desde Simón Rodríguez o Belgrano a Paulo Freire -si tal vez Acuña alguna vez hubiera frecuentado sus teorías y sus experiencias educativas- es el más claro y cercano ejemplo de la mentira en que incurre alguien que (¡afortunadamente!!) no eligió la carrera docente... pero se dedica a denigrarla con sus palabras y su ¿gestión?
- NO es verdad que "la raíz sobre la militancia política en las aulas está en la formación docente, en lo que se define como perfil de un docente en un instituto de formación", ya que afirmar esto es no comprender de qué se trata la docencia (bueno, sería obvio para alguien que NO es docente).
Pero lo peor es que la suposición tecnocrática de que la docencia no fuera una tarea "política" en el más amplio sentido de la palabra (en cuanto compromiso con la "polis", que incluye variadas formas de militancia y lucha por defender la ciudadanía y los derechos para todes, la cual no es necesariamente partidaria, como es obvio, pero no la excluye) resulta lamentable e incomprensible... en una Licenciada en Ciencias Políticas (!!) como es Acuña.
Será quizás que así pretende ocultar el sentido político de sus propias posturas, como si ella no fuera también una "militante" (el neoliberalismo se caracteriza justamente por negarse como posición política y camuflarse bajo un naturalismo cientificista y tecnocrático).
Alguno pensará sobre ella: "Lo que natura non da, Salamanca non presta..."
Yo más bien diría: lo que cierta ideología da, ninguna formación académica alcanza para poder someterlo a reflexión crítica...
Me disculparán los prejuicios (sus declaraciones me los hacen brotar a flor de piel) pero creo que Acuña no parece poder salir de su quintita de colegio elitista de Bariloche (el Primo Capraro, cuyo director fue el nazi genocida Erich Priebke, extraditado a Italia por su participación en la Masacre de las Fosas Ardeatinas en Roma) y de su conchetaje de Barrio Parque o Recoleta adquirido (son sus palabras) "por adopción".
A mí, simplemente, me huele a hiena con sonrisa angelical y buenos modales. No es la primera.
En sus manos está la Educación de mis compañer@s docentes y de mis amig@s porteñ@s y sus familias.
Los acompaño en el enojo y la indignación.
Y a mis muchísim@s ex-alumn@s (y actuales colegas) que me enseñaron el valor de aprender "de grandes", con hijes mamando o correteando por nuestra aula, con problemas de laburo, dificultades económicas, capitales culturales desvalorizados, fracasos, materias recursadas, exámenes desaprobados...
y que hoy ponen TODO su esfuerzo y su lucha en seguir enseñando y aprendiendo, solo me resta decirles ¡GRACIAS!!!
