El empresario winifredense Ignacio Martín, propietario de la empresa de servicios sociales que lleva su nombre, intimó a la presidenta de la Cosega, María Schroeder, a que se retracte de sus dichos públicos acerca de la razón por la que la entidad cortó el vínculo con la empresa.
La dirigente, a nombre del consejo de administración, dijo públicamente que la decisión se tomó porque existía una relación de parentesco entre el ex presidente de la entidad, Norberto De Cristófaro, y la esposa del empresario, del mismo apellido, generando de esta manera un "favoritismo".
A través de un abogado, Martín envió una carta documento a la presidente Schroeder y aclaró que lo hizo a la persona, "no a la institución, no quiero que Juan Pueblo pague por esto", definió en una entrevista radial en la que anticipó su decisión.
Martín recordó que "a nuestra empresa la convocó el anterior presidente de la cooperativa, Matías Maisonnave" y dijo que la entidad le está debiendo dinero por servicios que hizo y no le fueron pagados.
Reveló además que desde la Cosega le comunicaron "por teléfono" que no seguiría como prestador y afirmó que a la fecha no ha recibido una comunicación fehaciente. Sin embargo, apuntó que "inmediatamente entregamos la llave de la sala velatoria en la que trabajábamos. No íbamos a perjudicar a la gente en caso de que se necesitara ese lugar".
¿Parientes lejanos?
En su descargo, Martín dijo que fue convocado por Maisonnave y que a partir de esa relación conoció a De Cristófaro, del mismo apellido que su esposa. A partir de esta acusación, "empezamos a recorrer el árbol genealógico y llegamos hasta Italia. Parece que el abuelo de Norberto y el de mi esposa eran primos, o algo así", relató.
Afirmó que "trabajamos prestando servicios en unas 25 localidades y nunca nos echaron de ningún lado, es la primera vez. Están en su derecho, incluso estaba vencido el contrato que firmamos en forma conjunta con la empresa Villalba (la otra prestadora de la entidad), por lo que si nuestro vínculo terminó, el de ellos también"
Agregó que "están en todo su derecho, no quieren más nuestro servicio, muy bien, pero no hemos recibido más que un llamado y nos retiramos", pero dejó en claro que luego de consultar con su abogado decidió intimar a Schroeder. "Que digan lo que quieran de la empresa, que nos critiquen por nuestro trabajo, pero no voy a permitir que se metan con mi familia, es mi límite. Por eso quiero una disculpa pública, después veremos si vamos a accionar judicialmente", enfatizó.
Dejó en claro que "también se habla de que la empresa Villalba es de la hermana de una dirigente de la cooperativa. Eso no importa, lo que importa es que se preste el servicio como corresponde, a mí no me molesta".