El sábado 24 de agosto, lo que debía ser una jornada deportiva llena de fútbol juvenil se transformó en un escenario de violencia y descontrol en la localidad de Miguel Riglos. Durante el Torneo Oficial de la Liga Cultural, en el que se enfrentaban el Club Unión de Miguel Riglos y el Deportivo Winifreda en las categorías formativas, se registraron graves incidentes que culminaron con la invasión del campo de juego por parte de padres del equipo local, agresiones físicas a jugadores menores de edad y denuncias policiales.
Los encuentros, previstos para Cuarta y Quinta División, comenzaron de manera normal. A las 13:00 horas, se disputó el partido de Cuarta División, en el que el equipo visitante de Winifreda se impuso por 1 a 0 gracias a un gol de Mariano Villarreal. Posteriormente, a las 15:00 horas, dio inicio el encuentro de Quinta División, en el que Winifreda también llevaba la ventaja por 1 a 0, con un gol de Jeremías Maldonado, cuando tan solo faltaban 5 minutos para que termine el encuentro, se desencadenó la violencia.
Según testimonios, los primeros indicios de conflicto surgieron en el campo de juego entre los jugadores de ambos equipos, resultando en una serie de empujones que, bajo circunstancias normales, hubieran sido manejados por el árbitro mediante amonestaciones. Sin embargo, lo que siguió fue una serie de acontecimientos lamentables. Varias personas del público local invadieron el campo de juego, aprovechando la aparente falta de cerramiento adecuado en el predio, y comenzaron a agredir a los jugadores visitantes, todos ellos menores de edad, y a integrantes del cuerpo técnico del Deportivo Winifreda.
En un intento por proteger a sus jugadores, un ayudante del equipo de Winifreda logró evacuar a los jóvenes hacia los vestuarios, pero la violencia no cesó allí. Algunos espectadores siguieron a los jugadores al interior de los vestuarios visitantes, donde continuaron las agresiones. Como resultado, un niño sufrió golpes en el rostro y en el codo de uno de sus brazos, lo que requirió su traslado al hospital local para la verificación de las lesiones.
Tras los hechos, se radicó una denuncia policial en la Comisaría de Miguel Riglos, acompañada de la correspondiente constancia médica de las lesiones sufridas por el menor. Este incidente pone en evidencia la falta de medidas de seguridad adecuadas por parte del Club Unión de Miguel Riglos, cuya negligencia permitió que el público local accediera al campo de juego, desencadenando una situación de violencia que puso en grave peligro la integridad física de los jugadores del Deportivo Winifreda.
Uno de los menores de Winifreda resultó con graves heridas y tuvo que ser llevado al hospital (ver fotografía tomada en el centro asistencial de Miguel Riglos, donde se constataron las graves lesiones) - se tapa el rostro porque es menor de edad.
La jornada, que debería haber sido un día de disfrute y deporte para los jóvenes, terminó de la peor manera, con un episodio de violencia que deja un fuerte llamado de atención sobre la necesidad de reforzar la seguridad en los eventos deportivos, especialmente en aquellos donde participan menores de edad.
