- Por Norberto G. Asquini -
La diócesis de La Pampa en los últimos años entró de lleno en la “vía bergogliana” tanto en lo institucional como en su trabajo pastoral. A pesar de la merma en las vocaciones sacerdotales, una cuestión que igualmente es estructural a la Iglesia a nivel mundial, el obispo Raúl Martín puso en marcha una iglesia católica local de mayor apertura, renovación de cuadros y en línea con algunas tendencias de “modernización”.
En la última década se fue transformando esa Iglesia que había instalado Reinaldo Fidel Brédice en La Pampa en los 90 y comienzos de 2000 con un perfil conservador y preconciliar. En 2008 cuando asumió Mario Poli, esta situación comenzó a modificarse lentamente. Desde 2013 cuando llegó Martín, y sobre todo en los últimos años, se profundizaron los avances en esa línea.
De un perfil sin mucho protagonismo público ni el carácter más político que tenía Poli, Martín puso en marcha la línea bergogliana en la provincia, por supuesto con sello propio. El nombramiento de Martín en 2013 se inscribió en el mismo sentido que tuvo en marzo de ese año la designación por parte de Jorge Bergoglio, el papa Francisco, de Poli como arzobispo, en un rápido trámite, para darle continuidad a su legado pastoral (y un año después cardenal primado). Ambos fueron discípulos de Bergoglio cuando estuvo como arzobispo en Buenos Aires.
¿Cuál es la línea bergogliana? Tiene como ejes el acompañamiento de jóvenes de las villas, el diálogo interreligioso, el renovado proceso evangelizador y la promoción de la piedad popular, indican los analistas. En los últimos tiempos el papa ha insistido con la “sinodalidad”, un modelo de Iglesia en salida hacia las periferias geográficas y existenciales y no autorreferencial. Una especie de Iglesia “parlamentaria” o “democrática” que enseñe de ese modo su doctrina.
En La Pampa de los últimos años, la incorporación del obispo auxiliar Luis Darío Martín, nacido en General Pico, en la misma línea; el cambio del seminario de formación de los nuevos sacerdotes que pasó del ortodoxo de San Luis al aperturista de Río Cuarto; la incorporación de curas con pocos años de consagrados o de Santa Rosa en las parroquias de los pueblos del interior, una decena, para que conozcan la realidad desde otro ángulo y “se curtan” en el contacto con la gente; y los primeros cuatro diáconos permanentes, novedoso sistema para incorporar laicos o “civiles” al clero, son parte de este nuevo cambio de modelo.
La modernización en la llegada a los fieles, como en otras tantas actividades, fue impulsada por las restricciones generadas por la emergencia sanitaria por la pandemia de Covid-19. En tiempos de coronavirus las distintas religiones tuvieron como desafío el mantener su trabajo pastoral sin contacto. De hecho, hubo reclamos de la curia por las limitaciones a las misas con fieles durante la cuarentena. Esto impulsó las celebraciones virtuales y otras modalidades como la “automisa” que se realizó en Quemú Quemú.
Además, de a poco fueron perdiendo terreno los sacerdotes conservadores heredados del obispado de Brédice. El cura Luis Murri, ultraconservador y con vínculos filonazis, fue retirado de La Pampa en 2019. En el mismo año, el titular de los capuchinos recoletos José Miguel Padilla fue denunciado por presunto abuso sexual a un joven y se le inició una causa en la Justicia piquense. Renunció a su cargo en un instituto religioso y se tomó licencia de su tarea sacerdotal. Quedan otros de la “vieja guardia”, raleados, pero que están circunscriptos a su tarea pastoral.
Mientras avanza el proceso de renovación por dentro, hay otras cuestiones que están nuevamente movilizando al clero como ocurrió en 2008. Nuevamente están surgiendo, con el proyecto oficial del presidente Alberto Fernández para legalizar el aborto, algunas manifestaciones públicas. La Conferencia Episcopal Argentina ya criticó el inminente tratamiento de la iniciativa a nivel parlamentario y llamaron a la “prudencia política para no desalentar la unidad”. En ese sentido, la diócesis de Santa Rosa ya comenzó a moverse.
- Por Norberto G. Asquini -
Periodista de La Pampa, comunicación institucional y política, columnista político
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