El viernes pasado se realizó con éxito en Santa Rosa el segundo transplante de tejidos cadavéricos, un procedimiento médico prácticamente inédito en la provincia y en el país, ya que el primero se realizó en enero pasado.
Ambos procedimientos estuvieron a cargo del cirujano Jorge Rigutto, quien horas después de la operación celebró «el nivel altísimo de complejidad» que se logró.
En un procedimiento médico que comenzó en horas del mediodía del viernes pasado, Rigutto, jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del Sanatorio Santa Rosa, junto con un equipo de profesionales calificados, recibió en uno de los quirófanos de la institución a un paciente coronario de 72 años cuyo estado de salud requería de intervención médica.
«El paciente era portador de una cardiopatía isquémica con una lesión severa del tronco de la arteria coronaria izquierda y también de tres vasos coronarios», explicó a LA ARENA Rigutto minutos después de finalizada la operación. A modo de graficar el estado de salud en el que se encontraba el paciente intervenido, agregó que «por las características de esas lesiones no se le podía colocar un stent y debía ser operado sí o sí».
Operación.
En declaraciones a este diario, el doctor contó que la operación se extendió por cuatro horas en las que intervino al paciente con la asistencia de su equipo del Servicio de Cirugía Cardiovascular. «El que realizamos el viernes fue el segundo transplante de tejidos cadavéricos, con la diferencia que en este caso utilizamos homoinjertos de la vena safena izquierda, mientras que el anterior, el primero que realizamos en enero y que cubrió LA ARENA, fue un transplante de válvula cardíaca», indicó el profesional.
«Lo que hicimos fue colocar un triple bypass coronario a un paciente que presentó la imposibilidad de realizar toma de injertos propios como vena safena izquierda ya que tenía un síndrome varicoso bilateral. Lo que sí pudimos utilizar fue su arteria mamaria izquierda», completó.
Exito.
Después de la intervención quirúrgica, el paciente de 72 años quedó internado en observación dentro del sanatorio y de acuerdo al relato de Rigutto «evoluciona muy bien, por lo que el procedimiento fue un éxito».
Además, el profesional explicó que la intervención llevada a cabo el viernes pasado requirió de un nivel de dificultad aún más alto que un transplante de corazón, ya que a nivel técnico y médico se requieren de conocimientos muy específicos en la materia. «En este tema, con el sanatorio hemos alcanzado un nivel de complejidad extremo y se ve en la evolución del paciente, que mañana (por hoy) será trasladado a una habitación común en la que pasará tres o cuatro días, por lo que el procedimiento se puede llevar a cabo en menos de una semana», destacó el médico que se especializó en cirugía cardiovascular y participó de cientos de operaciones de ese tipo en establecimientos especializados ubicados en Londres, Brasil y Estados Unidos.
¿Qué son?
De acuerdo a lo que explica un documento médico facilitado por Rigutto a este diario, los homoinjertos son tejidos cardiovasculares de origen humano, que pueden ser segmentos arteriales, venosos o válvulas cardíacas. Desde su extracción, son conservados en frío producido por nitrógeno líquido.
Están indicados en casos de pacientes jóvenes que serán sometidos a reemplazo valvular y desarrollan deportes de alto rendimiento o en pacientes con patologías como la mencionada en el artículo, entre otras. La Arena