El domino pasado una breve pero intensa tormenta causó daños en distintas zonas de la provincia. Una de las más afectadas fue la perteneciente a los campos que se ubican en el tramo de la ruta nacional 35 entre la localidad de Winifreda y la ciudad de Santa Rosa y sus adyacencias. Allí, hubo numerosos árboles caídos, postes derrumbados, cortes de luz, cosechas arrasadas e infraestructura agrícola comprometida o completamente dañada. Los productores afectados se lamentan porque perdieron bienes y producciones en minutos.
Las inclemencias climáticas se abatieron con fuerza en el establecimiento «San José», ubicado a unos 18 kilómetros al este de los «Silos de Rouco», en jurisdicción de la capital pampeana. El temporal comenzó el domingo al mediodía y fueron por lo menos treinta minutos de lluvia, granizo y vientos de más de 100 kilómetros por hora que provocaron cuantiosas pérdidas económicas.
Así lo aseguró el empleado rural Néstor Watson en diálogo con LA ARENA. «Fue impresionante la cantidad de agua que cayó en poco tiempo y varios lotes se inundaron completamente. Las piedras eran chicas, pero el viento muy fuerte e hizo un verdadero desastre», señaló el trabajador, quien precisó que la precipitación acumulada fue de 80 milímetros en media hora.
Durante el temporal, las fuertes ráfagas derribaron «entre 50 y 60» olmos y dos de esas plantas cayeron sobre la cabina de un tractor aplastándola y doblando su manubrio. «Habíamos estacionado la herramienta a la sombra después de trabajar, nunca nos imaginamos que esto iba a pasar», dijo apesadumbrado.
Tres silos vacíos destinados al almacenamiento de cereales «volaron por el aire» unos 1.800 metros y quedaron «destrozados» cuando tocaron la superficie. «Se usaban para autoconsumo de la hacienda, ahora no sirven para nada. El viento no los arrastró sino que pasaron encima de los alambrados», manifestó sorprendido el hombre.
Afectó el maíz.
El aguacero afectó unas 200 hectáreas sembradas con maíz. Las plantas tienen entre «30 y 40 centímetros de alto» y quedaron «deshilachadas», aunque «existen posibilidades que se recuperen», precisó Watson, quien trabaja en un predio que es arrendado por un productor agropecuario de Trenque Lauquen, Buenos Aires.
Su patrón, la semana pasada, «veía satelitalmente que se aproximaba una tormenta a esta zona, pero no calculaba que sería de tanta magnitud. La tecnología tuvo razón», confió mientras hacía cuentas para determinar el monto económico de los daños causados por uno de los primeros fenómenos climáticos del verano 2020.
Otros damnificados.
Propietarios y contratistas también dialogaron con este medio y contaron lo sucedido durante el fin de semana pasado. «Después del mediodía comenzó una fuerte tormenta con granizo, viento y lluvias. Sobre la tarde recorrimos el campo y pudimos ver en detalle los destrozos», explicó Susana en relación a lo acontecido en el establecimiento «Río Viejo», ubicado en el kilómetro 358 de la ruta nacional 35, a 19 kilómetros al sur de Winifreda. Su propietario es Carlos Delahaye.
Eucaliptos añosos caídos, una tolva trasladada de lugar, una plataforma destrozada al ser aplastada por uno de los árboles y una cosecha de soja arrasada, fueron algunas de las pérdidas que observaron su dueño y su pareja en dicho predio rural.
Por su parte, en la estancia «La Primavera», situada a la vera de la misma ruta 35, también se lamentaron de la pérdida de caldenes. Uno de los trabajadores del lugar detalló: «Al recorrer este lunes la estancia, pudimos observar que varios caldenes fueron desprendidos, en especial aquellos que estaban más cerca de la cinta asfáltica».
< Luis Barbaschi para LA ARENA 07/01/2020 >
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