La técnica se basa en la obtención de los óvulos de una vaca por medio de la aspiración folicular, su posterior contacto en un laboratorio con los espermatozoides de un toro para la producción de embriones y la transferencia embrionaria a una hembra receptora de cualquier mérito genético para que lo geste.
Productores ganaderos de Winifreda decidieron reproducir por primera vez un plantel de vaquillonas genéticamente superiores por medio de la fecundación in vitro, técnica que se basa en la obtención de los óvulos de una vaca por medio de la aspiración folicular, su posterior contacto en un laboratorio con los espermatozoides de un toro para la producción de embriones. El paso siguiente es la transferencia embrionaria a una hembra receptora de cualquier mérito genético para que lo geste y permita su nacimiento.
Los criadores locales aportaron unas quince vaquillonas de la raza Aberdeen Angus como «donantes» de óvulos. Para extraérselos contrataron los servicios de la empresa IHO de Tandil, Buenos Aires, dirigida por María Inés Hiriart. La firma envió a los campos de la zona al veterinario zootecnista, Martín Jaramillo, de nacionalidad colombiana. Mientras realizaba su trabajo en los predios rurales, estuvo acompañado por el veterinario winifredense Mario Corredera.
En diálogo con LA ARENA DEL CAMPO, el visitante explicó que la fertilización in vitro «hace tres años que se viene utilizando en Argentina con muy buenos resultados. Brasil fue el primer país de Sudamérica que aplicó esta tecnología y en Colombia también está muy desarrollada».
En Winifreda y alrededores «tenemos unos tres o cuatro clientes que decidieron apostar por esta técnica. Es la primera vez que lo hacen y están muy expectantes», agregó.
Captura de óvulos.
El profesional colombiano se abocó a la captura de los óvulos situados en los ovarios de las vacas, tarea que llevó de forma manual y con instrumental específico. «Los equipos que se utilizan para la aspiración folicular son un ecógrafo, una guía y una bomba de aspiración.
Además siempre armamos en el campo un laboratorio móvil con platinas térmicas, una lupa o estéreo-microscopio, la transportadora de células o de óvulos y los medios especiales para el procesamiento de estas células», indicó.
Consultado respecto de cuáles son las cualidades que deben reunir las «donantes», Jaramillo señaló que «son elegidas por el dueño del predio porque realmente desea multiplicar esa genética u obtener terneros con alguna cualidad superior como muy buen peso al destete».
Según comentó a cada vaca le aspiró entre «15 a 37 óvulos. Los clasificamos, los empacamos y los llevamos en un medio de maduración hacia el laboratorio donde permanecen en incubadoras a una determinada temperatura, humedad y presión de dióxido de carbono y de oxígeno. Pasadas 24 horas de la aspiración folicular se hace el contacto con el semen proveniente de toros seleccionados. Ahí es cuando comienza a crecer el embrión por multiplicación de células».
Y acotó que «siete días después vamos a obtener los embriones para dos finalidades: transferirlos directamente a una receptora o congelarlos, proceso que se denomina vitrificación. Pueden permanecer en ese estado el tiempo que sea necesario hasta que se consiga la receptora para poder implantárselos».
«La única regla es que nunca se les acabe el nitrógeno. Un embrión puede permanecer 20 años congelado sin ningún problema. Cuando la vaca receptora recibe el embrión y queda preñada, se hace un tacto a los 30 días y una última revisión a los 60 días. Después el cliente se hace responsable de sus animales», afirmó el especialista.
Alto porcentaje.
La fertilización in vitro asegura un porcentaje de preñez de entre «el 45% y 50%», aunque «existen casos puntuales con porcentajes cercanos al 100%».
El beneficio principal de la fertilización in vitro es «multiplicar la genética de las mejores vacas del plantel. Además, en cada aspiración folicular le podemos poner al óvulo un semen de un toro diferente, inclusive a 30 óvulos podemos partirlos a la mitad y fertilizar la mitad con el semen de un toro y la otra mitad con el de otro toro y así garantizar que con una sola punción vamos a obtener terneros de la misma vaca con dos padres diferentes».
«Podemos obtener 30 a 33 terneros con una misma vaca sin preñar, simplemente haciendo la extracción de óvulos, llevándolos al laboratorio y creando embriones por fertilización in vitro». Mario Corredera apuntó que «ahora estamos esperando los mejores resultados».
«Carnes espectaculares».
Finalmente, Jaramillo comparó el ganado argentino con el colombiano. «Ustedes en general tienen más vacunos Aberdeen Angus en cambio en Colombia predomina la raza Brahman. En mi país estamos acostumbrados a ver un potrero lleno de vacas blancas y acá te cambia completamente el panorama porque es todo negro o colorado».
«Es espectacular conocer cada una de las producciones», acotó. En cuanto a la calidad de las carnes, dijo que «Aberdeen Angus es la mejor carne del mundo por su precocidad, terneza y marmóreo, son inmejorables, pasan por encima a cualquier otra raza», concluyó.
Martín Jaramillo es un veterinario zootecnista, oriundo de la ciudad de Armenia, ubicada en la provincia de Quindío, Colombia. Ingreso al país con una visa de trabajador esencial que le otorgó el gobierno argentino. Actualmente está haciendo los trámites para obtener la residencia, ya que su plan de vida es radicarse definitivamente en Tandil, Buenos Aires. Por Luis Barbaschi para Fuente La Arena del Campo