Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el envejecimiento de la estructura demográfica en Argentina ha sido un fenómeno evidente y progresivo desde la década de 1970, marcando transformaciones significativas en la distribución de edades en el país.
Desde 1970, cuando la población mayor de 60 años representaba apenas el 7 por ciento, se ha observado un aumento constante. Entre 1991 y 2010, este porcentaje se mantuvo entre el 12,9 y el 14,3, con un incremento particular entre los mayores de 75 años, alcanzando un 4,5 por ciento en 2010. En la última década, este proceso se ha acentuado, llevando a La Pampa al borde de alcanzar estas cifras a nivel nacional.
El informe destaca que áreas como la Ciudad de Buenos Aires y la región Pampeana han experimentado un envejecimiento demográfico temprano, seguidas por las provincias de Cuyo y Noroeste. Por otro lado, regiones como Comahue, Patagonia y Nordeste, que históricamente albergaban poblaciones más jóvenes, han comenzado a mostrar signos de envejecimiento desde 1970.
Las zonas más afectadas por este envejecimiento poblacional son la Ciudad de Buenos Aires y las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, superando el promedio nacional de 14 por ciento de población mayor de 60 años y llegando incluso a porcentajes entre el 15 y 22 por ciento.
En contraste, provincias como Tierra del Fuego, Santa Cruz y Misiones presentan estructuras demográficas menos envejecidas, registrando en 2010 porcentajes de 6, 8 y 9 por ciento respectivamente de personas mayores de 60 años.
Uno de los aspectos notables de este fenómeno es la feminización de las edades más avanzadas. Mientras que en 1970 había 91 mujeres cada 100 hombres en esa franja etaria, desde 1980 se ha observado un incremento progresivo en el índice de feminidad, alcanzando en 2022 un valor de 121,4 mujeres cada 100 hombres, mostrando una sobrerrepresentación femenina en estas edades.
El proceso de envejecimiento demográfico se erige como un desafío significativo para el país, planteando retos en términos de políticas públicas, servicios de salud y sistemas de seguridad social para atender las necesidades cambiantes de una población que tiende a ser más longeva.
