El gobernador Sergio Ziliotto fue reelecto este domingo para estirar el invicto del peronismo pampeano por 44 años, una marca apenas igualable por solo tres provincias en las que desde 1983 gobierna el mismo partido.
El gobernador pampeano confirmó la tendencia que se observa en otras provincias: en Río Negro, La Rioja, Jujuy y Misiones habían ganado los oficialismos, todos con victorias holgadas. Este domingo también ocurrió en Salta. Solamente Neuquén dio la nota.
Las elecciones reafirmaron que todavía el votante de La Pampa considera viable el modelo de La Pampa peronista, si bien había quienes analizaban que luego del traspié electoral del 2021, se sentían “vientos de cambio” en la provincia.
Ziliotto, con otro estilo que sus antecesores, apegado a la gestión, sin grandes gestos públicos pero manteniendo una impronta política, confirmó esa vigencia. Representó una continuidad en políticas públicas con una clara concepción que tiene que jugar el rol del Estado. A pesar de la profunda crisis económica, aún mantiene una administración ordenada y sin grandes conflictos, donde el Estado llega hasta el paraje más chico.
Pero, y siempre hay un pero y sobre todo este domingo, acá viene la nota discordante. Ziliotto ganó pero el triunfo no puede ocultar una fuerte señal de alerta, una luz roja que se hizo notar por sobre los triunfos en las tres principales ciudades. Y fue el retroceso para el peronismo en varios pueblos y el avance de JxC. Si el frente opositor había ganado en 2019 intendencias importantes, y localidades en el sur, en esta elección se hizo de otras más que dolieron por lo representativas como Quemú Quemú, Macachín o Ingeniero Luiggi, por contar solo algunas. El porcentaje que sacó Martín Berhongaray también fue una de las mejores elecciones de la alianza no peronista en la provincia, y a eso se suma la pérdida de algunos diputados provinciales y el incremento de los votos opositores con respecto a 2019 en Santa Rosa y General Pico.
Juntos por el Cambio puede decir que este avance se hizo posible a pesar de confrontar con un gobierno provincial que tiene “la cancha inclinada” a su favor. Pero si bien suma mayor capital político, parece hacerlo más ayudado por la situación económica general que por sus propios aciertos. Conserva todavía la misma fórmula discursiva de hace años y mantiene las peleas internas entre la UCR y el PRO que tiran para atrás sus posibilidades. Se ganaron varios pueblos del interior, importantes, pero no gracias a la dirigencia provincial. En ese interior parece ahora estar el fuerte de la oposición.
El peronismo estira este domingo un invicto histórico y festeja. A pesar de los cambios en el electorado, de la crisis económica, se ratificó la continuidad del partido que gobierna desde 1983. Perón decía que la organización vence al tiempo, ese pareció ser el plus que tuvo este domingo para mantenerse vigente.