La Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación oficializó este jueves, mediante la Resolución 17/2024, una nueva actualización en los valores del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM). La decisión, tomada tras la falta de consenso entre las cámaras empresariales y los sindicatos, define incrementos escalonados que se aplicarán desde diciembre de 2024 hasta marzo de 2025.
Nuevos montos del SMVM
Diciembre 2024: $279.718 mensuales para trabajadores con jornada completa y $1.399 por hora.
Enero 2025: $286.711 mensuales y $1.434 por hora.
Febrero 2025: $292.446 mensuales y $1.462 por hora.
Marzo 2025: $296.832 mensuales y $1.484 por hora.
Asimismo, se ratificó la fórmula de la Prestación por Desempleo, cuyo monto se calcula como el 75% de la mejor remuneración mensual del trabajador en los últimos seis meses, con un piso del 50% y un tope del 100% del SMVM vigente.
Un escenario de desacuerdos recurrentes
La falta de consenso entre las cámaras empresariales y los sindicatos no es una novedad. En lo que va del año, las discusiones de febrero y julio también terminaron sin resolución, lo que obligó al Poder Ejecutivo a intervenir mediante decretos.
Durante la última reunión, las posiciones fueron diametralmente opuestas:
Las cámaras empresariales propusieron un aumento escalonado que llevaría el salario mínimo de $278.000 a $295.000 en marzo de 2025, un incremento total del 6%.
Los sindicatos, encabezados por la Confederación General del Trabajo (CGT) y las dos Centrales de Trabajadores de la Argentina (CTA), exigieron un monto inicial de $572.000.
Ante estas diferencias, el Gobierno Nacional asumió la decisión de actualizar los valores del SMVM, argumentando la necesidad de garantizar un ingreso básico para los trabajadores y fortalecer la asistencia social a través de la prestación por desempleo.
Impacto en la economía y el debate salarial
La actualización del SMVM tiene implicaciones directas en la economía, al funcionar como referencia para otros salarios y beneficios sociales. Sin embargo, la distancia entre las demandas sindicales y las propuestas empresariales refleja un debate más amplio sobre las condiciones laborales y el poder adquisitivo en un contexto inflacionario.
El Gobierno enfrenta ahora el desafío de equilibrar las demandas de los trabajadores con las posibilidades del sector empresarial, en un escenario de tensión que evidencia la necesidad de reformas estructurales en la negociación salarial.
La medida, aunque positiva para los trabajadores en el corto plazo, plantea interrogantes sobre su impacto real en la calidad de vida de las familias y en la competitividad económica del país.