- Por Fernando Tourn -
FUE UN PARAISO DE PESCA. EL CORTE DEL ATUEL Y EL DESAGUADERO LA SENTENCIARON
La falta de aportes del río Chadileuvú desde hace varios años provocó la desaparición del cuerpo de agua ubicado entre las sierras de Lihué Calel y la localidad de Puelches. Hoy su lecho está cubierto de matorrales y parches salinos.
La laguna Urre Lauquen, una de las de mayor extensión superficial del territorio pampeano, se secó totalmente tras varios años de no registrar ingresos de agua del río Chadileuvú. Hoy es una gran extensión barrosa donde la vegetación ha avanzado entre los parches salinos.
La desaparición de la laguna Urre Lauquen es consecuencia de la apropiación de los ríos interprovinciales por parte de las provincias ubicadas en los tramos medios y superior de la extensa cuenca del río Desaguadero – Salado – Chadileuvú – Curacó.
La interrupción parcial o total de los dos cursos que ingresan por el norte a nuestra provincia, el Desaguadero – Salado y el Atuel, dejó sin aportes no solo a esta laguna sino también a todos los otros cuerpos de agua, cauces y bañados del centro oeste pampeano. Al día de hoy, el Atuel directamente no ingresa a territorio pampeano mientras que el Salado lo hace con un caudal ínfimo.
Esos ríos alimentan los bañados en los que nace el río Chadileuvú, que es el que aporta su caudal a la Urre Lauquen y otras lagunas y bañados del centro pampeano.
La última activación del sistema hídrico en territorio pampeano ocurrió en el año 2016 pero no alcanzó para frenar la lenta declinación de estos cuerpos de agua.
Ese año la crecida llegó hasta el sistema lagunar de Puelches y permitió un ingreso de agua durante dos semanas a la laguna La Dulce, al oeste, pero no fue suficiente para reactivar la Urre Lauquen.
Pesca comercial.
La laguna Urre Lauquen forma parte del Complejo Lagunar Puelches. No es la primera vez que se seca totalmente, sino todo lo contrario. Sucede que es un cuerpo de agua de gran extensión superficial, unas 9.500 hectáreas, pero escasa profundidad, en torno a los 2 metros de profundidad, y ello facilita que pierda volumen rápidamente, pero también que lo recupere en poco tiempo cuando hay un ingreso de agua.
En la década del ’80, la activación plena del sistema hídrico duró varios años y en su pico de crecida generó muchas complicaciones en la zona pero también permitió un aprovechamiento productivo de los cuerpos de agua. La pesca comercial volvió a la laguna La Dulce, como había ocurrido en las décadas del ’40 y del ’50, y también hubo un intento de hacerlo en la laguna Urre Lauquen.
Los pejerreyes que se pescaban en La Dulce eran de gran tamaño y excelente calidad. Se los comercializaba en restaurantes de Buenos Aires, otras ciudades de la costa atlántica y en Río Negro, donde eran muy solicitados por su agradable sabor. El emprendedor en ese momento fue Néstor Fernando Fabozzi, quien llevó adelante la actividad hasta que las lagunas dejaron de producir pejerreyes a raíz de la pérdida de calidad del agua a consecuencia de una nueva bajante.
Fabozzi hizo unos intentos también en la Urre Lauquen, pero los ejemplares que obtuvo no tenían el tamaño apropiado, su carne era más oscura y no salía en tanta cantidad como en La Dulce. Por ello decidió concentrarse en esta última. Fuente La Arena