Alejandro Luis Estigarría, nacido en General Pico, es la única víctima pampeana del Terrorismo de Estado durante la dictadura militar que era estudiante del secundario. Su historia está vinculada con otra “Noche de los Lápices”: la de los tres alumnos del colegio Politécnico de Berazategui desaparecidos.
Este miércoles 16 de septiembre se cumplen 44 años de La Noche de los Lápices, la represión a alumnos y alumnas de La Plata en la que secuestraron a diez adolescentes, varios de ellos y ellas permanecen desaparecidos. Son parte de los 340 estudiantes secundarios desaparecidos durante la dictadura militar.
Alejandro Luis Estigarría por entonces tenía 18 años y cursaba el sexto año del secundario en el Politécnico de Berazategui, donde hacía doble jornada. Había pertenecido a una agrupación de Scouts y estaba de novio con una vecina del barrio. Había nacido en 1958 y vivido hasta los 13 años en General Pico. Juan Carlos Estigarría, padre de Alejandro, era oriundo de Bernardo Larroudé y en la década de 1940 se trasladó a General Pico. Trabajaba en el ferrocarril y en 1958 fue protagonista de una de las huelgas de los obreros del sector contra el gobierno de Arturo Frondizi, por lo que fue detenido.
El 27 de mayo de 1977, Alejandro fue secuestrado delante de su familia en su casa en el Gran Buenos Aires. Junto a él desapareció otro compañero del colegio, Carlos San Martín (19 años). Otro ex compañero, Carlos Blanco (19 años), había sido secuestrado días antes el 24 de mayo.
Su hermana, Silvina Estigarría, afirmó al autor de esta nota que el joven "tenía alguna afinidad política pero no militaba. Nunca tuvimos en claro si estuvo en alguna organización. No tengo confirmado, pero algunos compañeros me dijeron que había estado en la Juventud Guevarista, pero no hay seguridad".
Como relató su padre durante el Juicio por la Verdad realizado en la ciudad de La Plata, el 27 de mayo de 1977 a la madrugada un operativo de un grupo de tareas allanó la casa de los Estigarría mientras la familia dormía. "Apenas entraron en mi departamento me pusieron una capucha en la cabeza", dijo. Los que realizaron el operativo estaban casi todos vestidos de civil y le dieron un culatazo a Juan Carlos para retenerlo contra la pared.
"Alrededor de las 2 de la mañana golpearon muy fuerte la puerta del departamento de planta baja donde vivíamos y la ventana que daba al frente justo donde dormíamos los cinco hermanos", relató Silvina. "A gritos y golpes sacaron a Ale de la cama y a mi papá se lo llevaron al comedor. A mamá, a mis hermanos y a mí nos dejaron todos juntos en la cama de mis padres. Yo, que tenía 6 años, y mi hermano de 4 estábamos en el borde de la cama por lo que a 50 centímetros de nosotros estaba un milico de grandes botas y gran Itaka. Todo él era grande para nosotros", explicó.
Silvina dijo: "A mi papá mientras tanto en el comedor le pegaron algunos golpes y a Ale lo subieron a un vehículo y se lo llevaron. Al día siguiente, la casa era un desastre: todo revuelto y tirado".
Ese mismo día fue secuestrado su compañero Carlos San Martín. "De ninguno de ellos se supo nada nunca", recordó la hermana de Alejandro. Según algunos testimonios que la familia recogió tiempo después, había sido una operación proveniente del BIN 3 y la subcomisaría de Ranelagh habría pedido "zona liberada" para realizarla.
Los nombres de los tres estudiantes secundarios, junto a la profesora y psicóloga Lucía Swica, del mismo colegio, han sido recordados en los últimos años en Berazategui por el Municipio y por las organizaciones militantes de derechos humanos. Se descubrió una baldosa frente al domicilio de Alejandro en la calle 61 “A” entre 133 y 134 del barrio Marítimo, se colocó una placa y baldosas en la Escuela Secundaria de Educación Técnica N° 3 y también hay un espacio de la memoria en la plaza del barrio. Swica fue secuestrada junto a su esposo en 1978 y ambos fueron asesinados y colocados en un accidente fraguado por los grupos de tareas.