DEJA LA INTENDENCIA TRAS 16 AÑOS
Se nota, que a un mes de su despedida del sillón comunal, tiene un sabor agridulce en la boca. Emilio Soncini, cuatro veces intendente de Villa Mirasol, dejará el 10 de diciembre 16 años al frente del municipio y marchará a su casa con la satisfacción del deber cumplido pero saboreando un trago amargo que, en lo que considera el tramo final de su carrera política, soporta por lo que considera jugadas partidarias internas que lo han alejado de sus aspiraciones y merecimientos.
Admite el cronista que luego de tantas visitas a Villa Mirasol ha sido inevitable entablar una cordial relación con «Don Soncini», como cariñosa y respetuosamente lo llaman sus colaboradores. La conversación entonces por momentos deja los caminos de una entrevista oficial y adquiere otros ribetes.
Apoltronado en su sillón de siempre, con ambas puertas abiertas, también como siempre, Soncini ensaya algunas palabras. Dijo que deja un «un municipio ordenado, sin deudas ni cosas en marcha y sin terminar. E incluso con algunos recursos en caja» para afrontar el pago por adelantado de sueldos de diciembre y aguinaldo previo al brindis de Navidad.
Contó que el martes por la noche «estuvimos con el intendente electo conversando en mi casa, cerca de tres horas. Comimos algo y le di un panorama completo de cómo está todo y más detalles del municipio».
El encuentro con Ariel Castaldo, el peronista que asumirá el 10 de diciembre, siguió ayer por la mañana. «Es productor agropecuario y vino por una guía y seguimos conversando», sostuvo antes de aclarar que «todo fue muy cordial, está todo bien». Esto como consecuencia de que antes y a través de este diario había ironizado sobre su sucesor, radicado en General Pico. «Lo primero que tiene que hacer es venir a vivir al pueblo», había lanzado.
Sobre el tema dijo que «y es verdad, hay que estar siempre. En estos pueblos chicos la gente llama o te golpea la puerta en cualquier momento, sin pensar en el día o la hora. Tal vez yo los acostumbré mal, siempre atendí…».
Obras y adelantos.
Atrás y en la historia han quedado obras y adelantos. El nuevo tanque de agua potable y la red de distribución que maneja la cooperativa, la refacción total de la escuela local que hoy es de lujo, decenas de viviendas sociales, maquinarias para el parque automotor, el corralón, la renovación de la plaza con iluminación incluida, el cajero automático y millones de pesos invertidos día a día y año a año en los caminos vecinales, varias veces en estos años afectados por inundaciones.
Lamentó que este último período haya sido, en su concepto, «el peor. No hubo recursos para obras y otros emprendimientos, sólo ayuda para casos de urgencia. Este gobierno de (Carlos) Verna fue el peor porque además a los que no somos del palo esta vez se nos discriminó como no había ocurrido en el primero y en el período de Jorge».
Así, estos últimos meses ha servido para terminar algunas pequeñas obras en marcha y ponerle freno a otras. «No quise empezar nada que luego quedara sin terminar, paré todos los planes. Quedaron los proyectos listos y el nuevo intendente resolverá en el futuro».
Molesto.
Recalcó Soncini que se va «dejando el municipio saneado, sin deudas y con un buen equipamiento». Y aseguró que nada ha decidido respecto de qué hará desde el 11 de diciembre, aunque molesto con sus pares radicales y su partido en general no cerró la puerta a nada, aún convencido de que sus chances son escasas.
«Me jugaron feo en mi propio sector», tiró y reveló que el lugar que en principio ocupó en la nómina de diputados provinciales «era expectable pero me fueron bajando para cumplir compromisos fuertes», que describió con detalles y nombres pero que han quedado puertas adentro.
Siempre fue contrario a la alianza con el PRO y defensor de la «lista 3», es decir la UCR con su propia identidad. Ahora, frente a la convocatoria de su par Sergio Arrese, dijo no «estar muy al tanto» y mucho menos interesado en lo que ahí se debata. «Esos que me nombrás que van a estar han hecho todo mal, han dañado mucho al radicalismo. Tomaron siempre las decisiones sin escuchar a los intendentes, que hemos sido y somos lo mejor que tiene el radicalismo y los que juntamos los votos pueblo por pueblo».
Al cronista, más allá de su carácter de funcionario y político, «Don Soncini» le parece por sobre todo una muy buena persona. Su actitud de levantarse su sillón, acompañarnos hasta la puerta principal del municipio e intercambiar un fuerte abrazo y un «gracias por todo», así lo certifica. (Herues) La Arena