MUNICIPIO INCORPORO AGENTE FITOSANITARIO
El ingeniero agrónomo Daniel López, se desempeña como agente fitosanitario de la Municipalidad de Winifreda. Su tarea consiste en fiscalizar las aplicaciones terrestres con agroquímicos en el sector periurbano. Para ello, los productores deben notificarlo con una antelación de 48 horas que realizarán ese trabajo y presentar la receta en la que se identifica la sustancia química a utilizar para que sea autorizada por el profesional actuante. Estos pasos se dan en sintonía con la ordenanza 478/15 que regula el uso y manejo responsable de los productos fitosanitarios de uso agropecuario.
López mencionó que «la Constitución Provincial fija el uso social de la tierra, es decir, la limitación que tiene la propiedad privada con respecto a la comunidad, y a su vez habla de ambientes saludables». Con esta legislación como marco «están en derecho los que se quejan y el productor que pulveriza. Ambas posturas hay que ir hermanándolas».
En este contexto, «Winifreda avanzó con una ordenanza que se fue aplicando en forma suave, ahora uno debe velar para que pulverización no afecte la salud de la población».
La norma declara Zona de Resguardo Ambiental (ZRA) de productos fitosanitarios al área residencial del radio urbano, que abarca todos los núcleos habitacionales (existentes o a construirse), el parque recreativo y el vivero municipal, y los comercios ubicados en cercanías del cruce de rutas 35 y 10. Las escuelas y los clubes del ámbito rural también fueron incluidos en la ZRA y cualquier aplicación próxima a esos lugares deberá ser notificada previamente a sus responsables y se realizará fuera del horario escolar o de eventos sociales.
Quedaron exceptuadas de las restricciones las desinfecciones destinadas al control de mosquitos, moscas, siempre que la aplicación del agroquímico sea efectuada por decisión del municipio como así también aquellas preparaciones destinadas a la limpieza, odorización y desinfección en el hogar, ambientes públicos y privados, plazas, parques y huertas familiares.
Por su parte, la «Zona Buffer» o de transición está comprendida desde la última línea de construcción de la ZRA hasta los 500 metros posteriores. «En ese perímetro se permiten aplicaciones terrestres de plaguicidas que se consideran de baja toxicidad. Hay cuatro categorías de banda verde y azul. El glifosato entra dentro de esos tóxicos», apuntó.
El trabajo.
Seguidamente explicó cómo realiza su trabajo. «El productor me avisa 48 horas antes, presenta la receta fitosanitaria firmada por un ingeniero agrónomo que recomienda el producto, hago un informe y después voy al lote donde permanezco durante toda la pulverización para verificar que se hizo en las condiciones ambientales y técnicas ideales y que las derivas estén controladas».
Cuando se le preguntó qué es una deriva, en tal sentido respondió: «Es la gota del agroquímico que se lleva el viento y eso no tiene que pasar. La gota debe caer arriba de la maleza. Hoy se usan muchos adyuvantes que van junto con los químicos para mejorar la calidad de la gota y la tecnología también colabora».
«Todas estas cuestiones hay que cuidarlas para que no se escape una gota y llegue al pueblo, por eso le damos muchísima importancia a la dirección del viento, que sople en dirección contraria a la zona poblada», amplió. Hasta los mil metros de la ZRA no se permiten aplicaciones aéreas. «No son recomendables, pero se pueden hacer», acotó.
Consultado sobre en qué horarios se pulveriza, señaló que «a las dos tarde no conviene hacerlo porque hay una alta evaporización; se prioriza hacerlo de madrugada o más tirando de noche».
-¿Su tarea, entonces, es evitar el uso descontrolado de los agroquímicos? -Exacto. La ordenanza regula, no cuestiona ningún químico.
-¿Estas distancias estarían garantizando que los fitosanitarios no dañen la salud de la población? -Dan una seguridad mediana, pero es bueno empezar a controlar. Además, le ayudamos al productor a hacer los tres lavados de los bidones.
-¿Los peones y dueños de máquinas pulverizadoras usan equipos protectores? -Hay gente muy precavida que utiliza todo el equipamiento para cuidarse como máscaras y guantes porque el producto químico, que es un veneno, está diseñado para matar malezas o insectos y mal manipulado puede afectar vías dérmicas o respiratorias.
Cultivan plantines
En el patio del edificio municipal donde funciona el Ayelén, el ingeniero agrónomo Daniel López, les enseñó a armar plantines a los niños que asisten a ese programa. Los pequeños con baldecitos plásticos juntaban tierra fértil para sembrarlos. Compartieron la actividad con sus padres, madres y las mujeres responsables de su cuidado. «Esta actividad la hago en forma voluntaria en el marco del Prohuerta en colaboración con el INTA para que los chicos vean cómo se desarrolla una planta. Es una experiencia que no se la olvidan», concluyó.
< Luis Barbaschi para LA ARENA 01/11/2019 >