UN RELEVAMIENTO EN SANTA ROSA Y GENERAL PICO REFLEJO EL IMPACTO DE LA CRISIS
Los datos surgen del relevamiento realizado en las terminales de ómnibus de Santa Rosa y General Pico. Se redujeron las flotas de micros y se perdieron fuentes de trabajo.
La venta de pasajes de los colectivos terrestres de larga distancia con destino a las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Bahía Blanca cayó 35 % en ocho meses en La Pampa. El aumento de tarifas y la crisis hizo estragos en los bolsillos pampeanos. Las empresas estiman «unos 120 mil pasajeros menos en lo que va del año, por tanto menor flota de unidades de traslado y caída de las fuentes de trabajo». Peor aún, admiten que «las firmas chicas están más cerca de bajar las persianas por lo inaccesible de las tarifas».
El transporte de larga distancia pasó de un esquema de subsidios a otro sin ellos y los precios en las boleterías son elocuentes. Viajar a la CABA ida y vuelta tiene un costo que va de 2.500 a 5.400; a Córdoba, de 2.160 a 3.850, y a Bahía Blanca, de 1.088 a 1.886, en este último caso, sólo por 327 kilómetros de distancia.
Durante septiembre la cantidad de pasajeros que pasan por la terminal santarroseña y piquense han sufrido una sangría difícil de medir. Pero la merma constante se registra a lo largo de todo 2019, aseguran los trabajadores de las boleterías. La cifra media de viajeros fuera de nuestras fronteras por año duplica a la población provincial.
Ingresan a diario a las terminales de las dos principales ciudades de La Pampa unas 44 unidades de Dumas Cat, 23 de Nueva Chevallier; 20 de Expreso Alberino y General Belgrano respectivamente y 12 de Andesmar. Hay otras pequeñas como Albus, Plusmar, Vía Tac, Vía Bariloche y el Rápido que aportan lo suyo en las dos principales terminales pampeanas.
Ventas barranca abajo.
Muchos micros arriban o parten con no más de 15 pasajeros, aseguraron desde la oficina municipal de la Terminal. Estiman que hacia fin de año se incrementará la cantidad de pasajeros o al menos, los micros vendrán un poco más completos. Pero lo cierto es que bajó muy fuerte la demanda de pasajes para viajar a Buenos Aires, Córdoba y Bahía Blanca.
En las terminales de ómnibus tanto en Santa Rosa como en General Pico afirman que al menos ya hubo unos 150 mil pasajes que igual período del año anterior. La rotunda caída del poder adquisitivo de los salarios hace que el dinero no alcance para salir fuera de nuestras fronteras y ya se apreció en las últimas vacaciones de invierno, aunque nadie apostaba a que la situación se agravaría aún más. Al menos dicen que «las ventas en las boleterías disminuyeron considerablemente: más de un 35% interanual y de un 2018 caótico». Los empresarios entrevistados observan la situación como preocupante. Bajo este escenario, preparar bolsos y valijas para tomar un descanso e ir de compras, visitar familiares y/o volver a su destino por los estudios universitarios o en muchos casos para proveerse de insumos en sus actividades comerciales, se derrumbó.
Bolsillos exhaustos
El dato es elocuente, con congelamiento o descongelamiento de tarifas y a pesar de los mayores subsidios para las empresas de larga distancia el panorama está lejos de mejorar. En este contexto, los vendedores exteriorizaron su preocupación por la recesión económica que no cede e insistieron en «las consecuencias de la disminución del consumo de pasajes va en desmedro de los puestos de trabajo. El descenso estival fue un preludio de lo que se espera para fin de año.
Según la Dirección de Transportes de La Pampa a la capital pampeana (datos del año pasado) ingresan en promedio 160 micros por día, es decir 58.400 en total. Según estimaciones privadas la caída supera el 35% de la cantidad de pasajeros (500 menos por día) lo cual implica que la capacidad instalada se encuentra entre el 30 y el 40% según las distintas líneas de transporte.
La cuesta abajo en las ventas de pasajes entre agosto y lo que ha transcurrido de septiembre junto a las exorbitantes tasas de interés bancarias son un escollo difícil de sortear para las empresas. A la alerta general del Consejo Directivo de la Unión Tranviarios Automotor está en que afecta a miles de trabajadores de larga distancia se agrega la de la entidad que agrupa a la mayoría de las empresas del sector.
Exclusión.
La Cámara Empresaria de Larga Distancia, Celadi, afirma que el Gobierno discrimina al transporte público, liberando precios que disparan sus costos. Aducen que «a pesar de la crisis que atraviesa el sector, la decisión de excluirnos, días atrás, del decreto que congeló el precio de los combustibles agravó más la situación». Desde entonces, el valor del litro de gasoil que pagan sigue aumentando. Las firmas y usuarios del ómnibus de larga distancia terminan indirectamente subsidiando al que posee o viaja en automóvil. El comunicado finaliza diciendo que «Por ello, a pesar del esfuerzo realizado para contener el valor del boleto, aún con fuertes incrementos en peajes, vehículos e insumos (desde 2015 se ajustó un 128% frente a una inflación de 234%); de no revertirse esta medida se seguirán trasladando los costos a la tarifa». La Arena
JUAN JOSE REYES - ECONOMISTA .