VENTA CLANDESTINA
Compra animales vacunos a productores agropecuarios, los faena en su carnicería y obviando las medidas sanitarias y bromatológicas traslada los cortes en vehículos particulares hasta varias localidades donde los comercializa en comercios y a particulares. Los investigadores tienen plena seguridad de que este es el modus operandi ilegal del carnicero de Mauricio Mayer que el viernes fue detenido preventivamente junto a su hermano en Winifreda justo cuando estaba bajando carne en una carnicería ubicada en el interior de un almacén.
Una semana antes los efectivos policiales locales lo habían interceptado con 40 kilogramos de carne bovina que transportaba en una pick up. Sus movimientos son seguidos desde hace tiempo por policías de Winifreda, Colonia Barón y Mayer. No solo en estas localidades tiene clientes sino también en Villa Mirasol.
Fuentes policiales y judiciales aportaron un dato: la habilitación comercial de su carnicería no figura a su nombre sino que está a cargo de su madre, una trabajadora de Salud Pública. Ese local comercial fue clausurado el viernes -es la segunda vez en este mes- por la jueza de Faltas, Andrea Luz, luego que la bromatóloga municipal Antonella Rossi, acompañada por personal policial, realizara una inspección ocular y constatara 38 kilos de cortes bovinos sin sello de establecimiento frigorífico.
Buenos dividendos.
Desde su lugar de residencia abastece a la población y distribuye en pueblos aledaños junto con su hermano. Se movilizan en un Chevrolet Cruze y un Renault Megane con vidrios polarizados. Los rodados desde el viernes permanecen secuestrados en Winifreda. También usan una camioneta. Colocan los envoltorios en el asiento trasero, en el baúl y en la caja. Por los vehículos que tienen, los policías sostienen que la venta clandestina les reportaría muy buenos dividendos. Descartan por ahora que la carne proceda de algún ilícito.
El carnicero, el viernes, en la dependencia de Winifreda, declaró que le había comprado un vacuno a un productor de Colonia Barón. En esa localidad fue detenido el año pasado en horario nocturno, entre las 22 y cerca de las 24 horas, cuando terminaba de vender varios kilos de pulpa en viviendas. En uno de esos procedimientos se dio a la fuga y se le abrió una causa judicial por resistencia a la autoridad.
In fraganti.
Todas las veces que fue atrapado in fraganti, la carne fue decomisada e incinerada porque los veterinarios que la analizaron determinaron que no era apta para el consumo humano dado que había perdido la cadena de frío. El peligro de consumir este tipo de productos radica en las enfermedades que pueden transmitir a los consumidores, una de ellas el Síndrome Urémico Hemolítico.
El hombre acumula varias infracciones a la ley 817 que regula el abasto de carne, su industrialización, transporte y comercialización dentro de la provincia. Y por ende al Código de Faltas Municipal. Uno de los artículos que habría infringido es el 78 referido a la «violación de preceptos bromatológicos», que pena al que «elaborare, fraccionare, conservare, distribuyese, productos alimenticios a terceros, que no cumplieren con las disposiciones en materia bromatológicas, o no contaren con las autorizaciones previstas, o carecieren de elementos de identificación o rotulados reglamentarios. Será sancionado con multa de doscientas cincuenta unidades fijas a cinco mil unidades fijas».
Cada UF equivale a una determinada cantidad de litros de combustible. Pese a esto no cesa en su actividad ilegal.
fuente La Arena
