Se puede decir que Macri lo hizo. A partir de diciembre habrá, salvo una catástrofe, un gobierno peronista en el país que nació de dos condiciones: el rechazo económico al macrismo y la unidad del peronismo. El "modelo pampeano" fue pionero en este rumbo. El tercio irreductible antiperonista representado por la oposición ya comienza a resquebrajarse.
Bajo la ola celeste
De acuerdo al abrumador resultado de las PASO, Alberto Fernández será el próximo presidente. Dar vuelta esa tamaña diferencia para el gobierno macrista no es imposible, pero si improbable. El politólogo Luis Tonelli indica que los resultados del 11 de agosto "no fueron una encuesta universal, un mero ensayo general. Las PASO para el Frente de Todos, resultaron directamente el ballotage". El tiempo que resta hasta el 10 de diciembre, elección general mediante, será de cuatro largos meses de transición entre el presidente saliente y el presidente virtualmente entrante.
Otro politólogo, Julio Burdman, en Revista Anfibia analiza que hay dos explicaciones que llevaron a este resultado, vinculadas entre sí. Por un lado el rechazo de la mayoría del electorado a la economía de Macri, por el otro la unidad del peronismo. Frente a estas dos condiciones, la apelación a la polarización, al voto anti-K, a la batalla cultural contra el populismo propuestos por Macri, poco pudo hacer.
El modelo pampeano
Quien hubiera pensado a comienzos de año en esta amplia y diversa coalición detrás de Alberto Fernández que incluye a los gobernadores, a los intendentes y el massismo del conurbano, al movimiento kirchnerista y a los sindicatos. Y con el empuje de la "ola celeste" del Frente de Todos detrás: se ganó la mayoría de las provincias peronistas, la provincia de Buenos Aires, se tiene mayoría parlamentaria, y por ahora la mayor parte de las intendencias del conurbano. CFK condujo este proceso de articulación opositora, Alberto fue su ejecutor.
Después de las PASO CFK llamó a Verna y resaltó su papel en haber sido pionero en marcar un camino que llevó a este resultado. Fue su estrategia política de confrontación con Macri y con el rumbo económico de su gestión y el "modelo pampeano" de "todos, y todas, adentro". El periodista Iván Schargrodsky en C5N, la noche de las PASO, mencionó a Verna como una de las cinco condiciones que se dieron para este resultado. Posturas que había adoptado el mandatario cuando todavía la mayoría de los gobernadores peronistas eran potenciales aliados de Macri y en La Pampa había voces que le sugerían ser más moderado para no cortar la relación con Nación.
Cuando todos ceden
Sergio Ziliotto fue el primer beneficiario de ese rumbo. El gobernador electo fue apoyado por todas las líneas del justicialismo, el kirchnerismo y varios partidos K. El PJ pampeano abrió las puertas a una coalición electoral, por supuesto que bajo la centralidad peronista, y hasta vernista, mostrando la amplitud pregonada. A nivel nacional, ya Rubén Marín había lanzado la idea de unidad cuando el peronismo estaba fragmentado y enfrentado.
Macri fue el aglutinante para un voto castigo por la economía y amalgamar las voluntades dispersas del peronismo. Pero no fue solo eso. La dirigencia hizo lo necesario para consumarlo. CFK cedió el primer lugar en el binomio a Alberto Fernández sabiendo que la polarización y el voto anti-K le ponían un techo. Esto permitió acercar posturas con muchos gobernadores peronistas y con Massa, que estaban en la vereda opuesta. Y Verna hizo lo necesario: a pesar de su enfrentamiento con CFK y con el kirchnerismo, buscó la unidad con "todos y todas adentro". A pesar de las diferencias al interior del conglomerado peronista provincial, administró su heterogeneidad. Como lo indica el sociólogo Néstor Leone en El Estadista para el caso de CFK, tuvo la virtud de "haber generado condiciones para forjar acuerdos amplios con sectores críticos de su liderazgo".
La Pampa no tiene mayor peso en el escenario político nacional. Pero esta vez el "modelo pampeano" bien sirvió de muestra de lo que se podía lograr.
El tercio irreductible, fragmentado
Hay igualmente un 30% de votante antiperonista, el tercio irreductible, que resiste ese futuro gobierno peronista. En La Pampa fue casi calcado el porcentaje de votos que logró Cambiemos en las provinciales con el Juntos para el Cambio para diputados en las PASO.
En la oposición, más allá de que debe enfrentar las generales del 27 de octubre, ya comenzaron a notarse las grietas. Sabedores de que es poco probable que se de vuelta el resultado, las diferencias entre radicales y macristas se profundizan. Sin Macri en la presidencia, sin un liderazgo coordinador, esa alianza de conveniencia política tiene fecha de vencimiento. Ya no habrá aliciente para mantenerse unidos. ¿Qué pasará por ejemplo con el bloque de Cambiemos, que directamente no se llamará Cambiemos, que debe asumir en la Legislatura de La Pampa? Todo comienza a resquebrajarse en la alianza macrista.
Otro país comienza a perfilarse. Y más allá del cambio de rumbo político tiene un solo horizonte: enfrentar la crisis económica cada vez más profunda.