El Observatorio Universitario de Economía es un espacio plural dentro de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la Universidad Nacional de La Pampa donde diversos profesionales ofrecen sus opiniones sobre distintos aspectos de la realidad económica, política y social. Este informe en particular fue elaborado por Darío Guaraglia quien es el único responsable sobre las afirmaciones que aquí se exponen. En el periodo mayo de 2019, el Nivel General del Índice de Precios al Consumidor (IPC) medido por INDEC, tuvo una variación de 3,1% respecto del mes anterior, y así acumula el segundo mes consecutivo con una tasa de inflación en baja, en abril había sido del 3,4 %.
Amén de lo señalado en el párrafo con que se inicia este informe, la tendencia a la baja que reviste la inflación en este último bimestre se debe analizar con mayor profundidad, puesto que si bien es auspicioso que la inflación descienda, el dato como valor absoluto aún es alto (3,1 %), y se debe observar también desde donde viene bajando, tal es así que el año arrancó con 2,9 % en enero, luego subió hasta 4,7 % en marzo y descendió a un valor que aún no llega al índice del primer mes del año. Arrojando un acumulado en 5 meses de 19,2 %.
La curva de la inflación que se observa en estos 5 primeros meses del año, también se registro en el segundo semestre del año anterior, con un 3,1 % en julio, llegando al pico en septiembre (6,5 %) para descender luego hasta el 2,6 % en diciembre.
Como se puede apreciar, más allá de las subas y bajas, todos los valores absolutos son muy altos, en ningún mes la inflación pudo estar por debajo del 2,6 %, acumulando en los últimos doce meses una inflación de 57,3 %.
Si se analiza esta gestión económica, se puede ver que lo hasta aquí manifestado ha sido una constante, donde nos encontramos con periodos de alta inflación, y otros en los que sin lograr un control total sobre la misma se produce una desaceleración, para luego volver a tener nuevamente un brote inflacionario.
Para visualizar lo hasta aquí manifestado, se hace un repaso de cómo se ha comportado la inflación en estos últimos años, y se va a sumar al análisis la evolución de la cotización de la moneda estadounidense, la cual es una de las variables de alta incidencia en el comportamiento del IPC.
Dado lo expuesto, se parte desde octubre de 2015, fecha esta, donde estaba el denominado “Cepo al Dólar”, con una situación en ese momento de una inflación acumulada en diez meses del 19,8 %, valor este correspondiente a la medición de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que se toma para este análisis en virtud de que dicho índice fue tomado como IPC Alternativo entre diciembre de 2015 y mayo de 2016 por INDEC, dado el “apagón informático” del organismo nacional.
En esa fecha, con el cambio de gestión política-económica, y la muy posible y luego concretada salida del “Cepo Cambiario”, se dispara la inflación en el último mes del 2015, efecto que recién cede en el mes de junio de 2016, acumulando en esos siete meses una inflación del 32,95 %.
Por su parte, el dólar hasta noviembre 2015 tuvo una cotización de $ 9,75 (en este informe, las cotizaciones de la moneda extranjera se refieren a modo de unificar un criterio, a la cotización tipo vendedor del Banco Nación del último día hábil del mes a que se hace referencia), pasando a un valor pos-cepo de 13,43 el 31/12/15 (37,7 % de aumento), para inmediatamente fluctuar en una franja entre los $ 14 y $ 15 durante los primeros diez meses de 2016, y luego permanecer entre los $ 16 y $ 17 hasta noviembre de 2017. Registrando un incremento en veintitrés meses de solo un 28,9 %.
Esta estabilidad cambiaria permitió que una vez pasado los siete meses que demando bajar la inflación pos-cepo, el IPC se situara en torno al 2 % mensual, con meses por encima y otros por debajo de tal valor, hasta que a partir del mes de mayo de 2017 se logro encadenar siete meses consecutivos en los cuales el IPC fue inferior al 2 %, acumulando una inflación de 10,87 % en ese lapso, el cual se puede considerar fue el periodo más auspicioso en la materia que nos ocupa.
A partir de diciembre de 2017 el dólar comienza a subir con más velocidad, alcanzando los $ 20,92 en abril (20,87 % de aumento en cinco meses), a la par, la inflación vuelve a crecer y situarse en un promedio del 2,5 % en dicho periodo y el proceso de desaceleración registrado hasta noviembre de 2017 comienza a revertirse, iniciando un nueva etapa de alza inflacionaria, ciclo que dura hasta estos días, más allá de las pequeñas oscilaciones que se dan en espacios más cortos de análisis, como se reflejaba en los primeros párrafos del presente informe.
En mayo de 2018 se produce la estampida del dólar, avanzando hasta los $ 41,95 en septiembre del mismo año, (100 % de aumento en cinco meses), repercutiendo inmediatamente en el IPC de junio el cual asciende a 3,7 %, llegando a los picos de septiembre y octubre de 6,5 % y 5,4 %, para terminar con un valor de 2,6 % en diciembre de 2018.
Para ver la correlación con el dólar en el mismo periodo, después de los $ 41,95 de septiembre de 2018, la cotización se mantuvo en torno a los $ 38 hasta enero, lo que provocó un poco de respiro a la alta inflación reinante, alcanzando valores de 2,6 % y 2,9 % en diciembre y enero, pero nuevamente el valor trepa en marzo de 2019 hasta alcanzar los $ 44,39 coincidente con el máximo valor de la inflación registrado en este año, el ya comentado (4,7 %).
Así se llega a donde partió este informe, donde después del pico de marzo, se logra bajar la inflación por dos meses consecutivos, sin poder igualmente perforar aún la línea del 3%.
Las preguntas que nos quedan, es si estos dos meses de baja se prolongarán pudiendo alcanzar periodos como los del 2017, con una inflación no del todo controlada pero con valores menores al 2 % mensual, situación esta que parece aún muy lejana, dado que aún se registran valores mensuales superiores al 3 %; y la otra cuestión es hasta cuándo durará este principio de desaceleración, hasta que vuelva a iniciarse un nuevo ciclo alcista de inflación como ha venido ocurriendo, dado que en la actualidad existen medidas económicas apuntadas a sostener un dólar estable, lo cual es imprescindible como medida política de cara a las elecciones nacionales que se avecinan, pero que muy probablemente no sean de carácter permanente.
No obstante lo manifestado en el párrafo precedente, siempre está latente la posibilidad que en estos meses venideros se de algún pequeño movimiento del dólar que provoque una sensación de inestabilidad, y que dispare nuevamente al IPC hacia el alza, generando estos denominados ciclos cortos de aceleración y desaceleración.
Darío Guaraglia es graduado de la carrera de Contador Público Nacional por la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas de la UNLPam, además de haber sido supervisor operativo en la elaboración del IPC de La Pampa elaborado por un equipo de profesionales de nuestra Facultad en 2017 en convenio con la Dirección de Estadística y Censos dependiente del Gobierno Provincial