LAS CONSECUENCIAS DEL AJUSTE
Un informe oficial de la Secretaría de Salud y Desarrollo Social confirmó lo que ya era un secreto a voces: desde 2016 a la fecha el Estado Nacional viene adquiriendo menos vacunas de las que se necesitan para inmunizar a la población. El ajuste en el área provocó, indudablemente, faltantes en los diferentes centros asistenciales y lo que desmotiva a madres y padres a volver para aplicarse las dosis.
En respuesta a un pedido de informes originado en la comisión de Salud y Acción Social de la Cámara de Diputados de la Nación, la secretaría a cargo de Adolfo Rubinstein entregó a los legisladores un documento que «confirma nuestra mayor preocupación: se compraron menos vacunas de las necesarias para alcanzar las coberturas planificadas», denunció el diputado tucumano Pablo Yedlin.
Para el legislador algunos de los recortes verificados son «alarmantes», como «los de la vacuna para la Hepatitis A, para la cual en 2016 se adquirieron 880.000 dosis, y en 2018 sólo 401.000, y la de la vacuna para la Hepatitis B, que pasó de 715.939 en 2016 a 300.000 en 2018».
«Sostener coberturas de vacunación altas, mayores al 90 por ciento, es necesario para que las vacunas sean efectivas», dijo Yedlin al matutino porteño, quien añadió que «la ley de vacunas va en ese sentido pero de nada sirve si se compra la mitad de las vacunas que hacen falta».
El achique en La Pampa.
En los últimos meses, el faltante de stock de algunas vacunas que integran el calendario nacional de vacunación en hospitales y postas sanitarias puso en alerta tanto a funcionarios de Salud de todas las provincias como a especialistas en epidemiología. La Pampa no resultó ajena a este ajuste y también registró una notable baja en las entregas de las dosis.
Tal como informó LA ARENA en su edición del martes 25 de junio, no había en los centros asistenciales de Santa Rosa las vacunas antimeningocóccica (Menveo) por «falta de stock». Así lo informaba la directora del área de Epidemiología de La Pampa, Ana Bertone, quien señaló que escasez de las dosis se debe a que Nación envía de manera «discontinua» las entregas ya que había problemas en la compra de las vacunas.
Los más alarmantes.
Los datos oficiales presentados y difundidos Página/12 por la Secretaría de Salud precisan una baja constante en las compras de las dosis en los años 2016, 2017 y 2018, observándose en algunos fármacos una alarmante disminución, como por ejemplo: sabin, varicela, DTA (difteria), rotavirus y poliomeliris (Salk).
En lo que respecta a la sabin, en 2016 se adquirieron 7.730.000, dosis; en 2017, 2.000.000 y en 2018, 3.030.000. Hasta el 20 de mayo de este año fueron adquiridas 1.876.000 dosis. Mientras que en la vacuna contra la varicela se pasó de 1.000.000 de dosis en 2016 a 200.000 en 2017 y 500.000 en 2018. En 2019 van 410.000 dosis adquiridas.
La DTA (difteria) tuvo en 2016 una compra de 2.594.590 que bajó al año siguiente a 1.300.000 y a 1.500.000 en 2018. En 2019 van 1.440.000. Por su parte, la vacuna contra el rotavirus se registró, en 2016, 1.600.000 de dosis, 1.555.670 en 2017 y 1.100.000 en 2018. En 2019 (siempre hasta el 20 de mayo): 815.000. Finalmente, contra la poliomeliris (Salk): 1.080.000, 1.322.180 y 840.000. En 2019 van 1.210.000 dosis.
Sin dosis para 2020.
Según publicó Página/12, durante la «Jornada de Fortalecimiento del Derecho a la Salud», la cartera sanitaria porteña informó que en 2018 recibió sólo 95.040 dosis de la vacuna antimeningocóccica, de las 215.261 programadas, lo que equivale a un 44 por ciento de lo planificado. Los especialistas señalan que no sólo preocupa la falta de vacunas, sino también los insumos para aplicarlas. fuente La Arena