El presidente de la Cámara de Panaderos de La Pampa, Eduardo Duscher, acusó públicamente al comerciante victoriquense Jorge Escobedo de dumping, pues asegura que venderá el pan por debajo del valor del costo de producción.
Escobedo es dueño de un conocido polirubro y recientemente anexó una panadería dentro de su local para vender hasta fin de año «pan social» a 35 pesos el kilo, medialunas sociales a 50 pesos la docena y prepizzas a 15 pesos. Para ello realizó una fuerte inversión en maquinarias, incluso contrató a un maestro panadero. Tomó la decisión de alivianar el bolsillo de los victoriquenses tras observar a vecinos buscando comida en el basurero. Su intención era abrir el nuevo rubro el viernes, pero finalmente no puedo hacerlo.
Alertado por los precios populares, Duscher viajó desde Santa Rosa a Victorica donde ante las cámaras de televisión del medio Zonal Press denunció al comerciante por utilizar una estrategia para monopolizar el mercado y perjudicar a los panaderos. En su exposición recordó que años anteriores había estado en esta localidad oesteña celebrando «la unidad que existía entre los panaderos» y decidió volver cuando sus referentes locales le informaron sobre «un supermercadista que iba a tratar de vender pan por debajo de los costos y hoy aparentemente eso se estaría haciendo realidad».
El dirigente dejó en claro que «nunca» se opondrá «a que el consumidor pueda conseguir un producto de primera necesidad como el pan más económico y de la misma calidad que se hace en una panadería, lo que sí nos preocupa sobremanera es que se pueda vender en un comercio donde, creemos, se puede aplicar un subsidio cruzado, es decir, ofrecerlo a un precio irrisorio subsidiado por otros productos».
En tal sentido agregó: «Repudiamos totalmente una acción de este tipo», y se preguntó «¿cuál es realmente el objetivo de este señor: llevar clientes a su negocio o perjudicar a los panaderos de la localidad? Si tenía necesidad de fijar un precio (accesible) a algún producto podría haber elegido panificados que no sean elaborados dentro del pueblo y no ponerse en contra de cinco medianas industrias tradicionales locales que están sosteniendo fuentes laborales y pueden correr riesgo de cerrar sus puertas».
Caída de ventas.
Al respecto señaló «ya tenemos un caída de ventas de un 45 por ciento y un poquito más a nivel nacional por la crisis que está viviendo el país y que salga alguien trabajando por debajo de los costos a mí me parece que no es así como él dice. Me gustaría saber si alguna vez estuvo haciendo producción de pan y viendo los costos reales», que incluyen el reparto diario, mantenimiento de vehículos, combustible, sostenimiento edilicio, de maquinarias más «los impuestos que nos están matando, el aumento de los servicios de forma indiscriminada. Tenemos problemas bastantes importantes y que alguien esté trabajando por debajo del costo genera un malestar entre las personas que hace años se dedican al rubro panadería».
Planteó «este señor por qué no hace fabricación de pan lactal si tanto amor le tiene a esta industria y así no perjudica a nadie». En Victorica el pan «se vende a 80 pesos el kilo y en Capital Federal y provincia de Buenos Aires a 100 y 120 pesos. Este señor debe ser Superman al querer venderlo a 35 pesos; si es así yo desde mi negocio mando una camioneta todos los días a Victorica y me va salir muchísimo más barato, pero la realidad es que ese precio no le alcanza ni para pagar un sueldo».
Sostuvo que «alguien tiene que tomar cartas en el asunto, le voy a ser un toquecito (sic) al municipio porque si este hombre sigue haciendo ofertas por debajo del costo los negocios chicos de la periferia tendrán que cerrar porque va a monopolizar todas las ventas. Nuestros profesionales están trabajando en el tema para revertir esta situación».
No se asesoró.
Duscher indicó que Escobedo antes de anexar una panadería debería haberse asesorado con la Cámara. «Nunca lo hizo», dijo y si lo hace «trataría de convencerlo de que no venda por debajo de los costos».
Finalmente adelantó: «Vamos a armar un proyecto de ordenanza y presentarlo como prueba piloto en Santa Rosa para que el pan se venda en las panaderías, entonces evitamos todo este tipo de problemas. Si el comerciante vende el arroz a bajo precio no hay problema porque es un producto que no se elabora en el pueblo, en cambio el pan es elaborado por varias familias y que alguien que tiene un poder adquisitivo mayor quiera monopolizar todo me parece que las autoridades tendrían que tomar cartas en el asunto».
«Hablan con la panza llena».
El comerciante victoriquense Jorge Escobedo rechazó las acusaciones de dumping en su contra y afirmó que no dará marcha atrás con su emprendimiento. No lo pudo inaugurar el viernes porque al incorporar una nueva actividad debe reempadronar su negocio en el municipio. Estima que para el miércoles o jueves próximo cumplimentará el trámite para después comenzar a vender los productos sociales.
Luego de escuchar las declaraciones del presidente de la Cámara de Panaderos, Eduardo Duscher, reflexionó: «Hablan con la panza llena». Le llama la atención que «en Santa Rosa hay lugares donde se vende el pan a 35 pesos y 45 pesos y nadie dice nada. Siento que no están a favor de la gente». A su juicio «la libertad de comercio debería respetarse».
No quiere convertir su decisión empresarial en un conflicto. «Si finalmente me obligan a venderlo a 60 pesos con ese sobreprecio voy a organizar un sorteo de un auto a fin de año; pero por qué los vecinos deberían pagar de más si a mí me deja ganancia», expresó.
«Quiero que entiendan que estoy a favor del consumo. Es fácil hablar con la panza llena. Realmente me hubiese gustado que los panaderos se juntaran y acordaran vender determinados kilos de pan a la gente de escasos recursos a un valor social. Esa debería haber sido la noticia. Como no sucedió quiero elaborar un pan amable y solidario para que no falte en las mesas familiares», finalizó en diálogo con LA ARENA. fuente La Arena