En el último año la suba de los medicamentos fue del 67,1%, según un relevamiento que realizó el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
La aceleración de la inflación en abril tuvo un impacto adicional en el rubro medicamentos, con un alza del 8,6 por ciento contra el mes anterior. En el último año la suba fue del 67,1 por ciento.
Los datos surgen de un relevamiento del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que indica que el mes pasado el remedio con mayor suba dentro del lote de los más utilizados por los mayores de 60 años fue el Lotrial, con un incremento desmesurado del 23,5 por ciento. Se trata de un medicamento de laboratorios Roemmers que se utiliza para combatir la hipertensión.
“El aumento de los medicamentos alcanzó un valor récord en abril, más que duplicando el promedio mensual de incrementos del último año, que había sido del 3,8 por ciento”, advirtió el CEPA. El alza del mes pasado fue del 8,6 por ciento para el promedio de los 50 principales remedios. Sin embargo, para los 10 con mayores subas el aumento promedio fue prácticamente del doble, al trepar 16,4 por ciento en relación a marzo. En ese listado, que encabeza el Lotrial con un ajuste del 23,5 por ciento (pasó de 407 a 503 pesos), siguen el Atlansil, para la arritmia, con un alza del 20,1 por ciento (de 639 a 768 pesos); el Rogastril, para el reflujo gástrico, que subió 19,0 por ciento (de 512 a 609 pesos); el Losacor D, para la presión arterial, que aumentó 16,6 por ciento (de 706 a 824 pesos), y el Sintrom, anticoagulante, que se encareció 15,7 por ciento (de 421 a 488 pesos). También figuran en ese ranking el Optamox Duo (de 471 a 545 pesos, un 15,7 por ciento), el Lanzopral (de 795 a 911 pesos, un 14,6 por ciento), el Taural 300 (de 501 a 569 pesos, un 13,5 por ciento), el Lotrial D (de 345 a 388 pesos, un 12,5 por ciento) y el Corbis (de 415 a 467, un 12,4 por ciento).
La inflación de los medicamentos entre mayo de 2015 y abril de 2019 alcanzó al 297,7 por ciento, con medicamentos esenciales que se dispararon hasta 710 por ciento. Es el caso del Sintrom, para las personas que sufren arritmias cardíacas. “La inflación de los medicamentos sumada a la quita de la entrega gratuita de la medicación para patologías crónicas por parte del PAMI deja a las personas mayores en situación de gran fragilidad, donde es muy probable que la morbi-mortalidad aumente en los próximos años debido a estas causas. El mayor consumo de fármacos por parte de este grupo etáreo es el de la medicación para enfermedades crónicas tales como cardiopatías, diabetes, hipertensión arterial y osteoporosis”, destaca el informe del CEPA.
“El contexto político de los últimos tres años ha producido una gravísima pérdida de los derechos de los adultos mayores. Según las proyecciones del Indec, para 2019 serán 6.983.377 los habitantes mayores de 60 años (15,5 por ciento), siendo 43 por ciento varones y 57 por ciento mujeres”, precisa el estudio. Para ese universo, los datos son contundentes: la jubilación mínima asciende en la actualidad a 10.410 pesos, lo que implica un aumento del 172 por ciento desde mayo de 2015. En ese período, la inflación de los medicamentos alcanzó a 297,7 por ciento. Esta situación trae como consecuencia que las personas mayores dejen de consumir su medicación o lo hagan de manera limitada para generar un ahorro a costa de su salud.
El instituto que dirigen Hernán Letcher y Julia Strada también realiza un análisis sobre el deterioro en el poder adquisitivo de las jubilaciones. En marzo de 2018, el haber mínimo era de 7246 pesos, cifra que superaba en un 25 por ciento a la canasta básica total del Indec para un adulto equivalente, que tenía un costo de 5782 pesos. Solo un año después, en marzo de 2019, la relación se redujo a apenas 12 por ciento, quedando la jubilación mínima (en 10.410 pesos) apenas por encima de la línea de pobreza (9305 para una persona individual). “Dado que la cantidad de personas mayores que cobran la jubilación mínima llega al 60 por ciento, esta situación es particularmente conflictiva. Asimismo, las personas mayores tienen costos muy superiores a las del resto de los habitantes tanto para la canasta alimentaria como para la canasta básica total, en especial por la incidencia de los medicamentos”, agrega. Finalmente, advierte que la situación es todavía peor para quienes cobran la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que representa el 80 por ciento de la jubilación mínima. “Si se realiza el mismo cálculo en relación a la línea de pobreza, es posible distinguir que, si la PUAM representaba un valor 0,2 por ciento mayor a la línea de pobreza individual en marzo de 2018, en marzo de 2019 cayó un 10,5 por ciento por debajo de dicho límite. El valor actual de la PUAM es de 8320 pesos”, denuncia. El Diario