OBRAS SOCIALES Y PREPAGAS EN CRISIS: DEUDAS CON LA PAMPA POR $132,7 MILLONES
Crecen las consultas en el sistema de la salud pública local de pampeanos que sus obras sociales están colapsadas o prepagas que no cubren determinadas prácticas como consecuencia de la situación económica imperante.
En hospitales, asistencias y postas sanitarias preocupa el crecimiento de la concurrencia de pacientes que antes realizaban las consultas y prácticas en el sector privado, con la cobertura de una obra social o prepaga, pero es más sensible el impacto en las localidades pequeñas. La crisis golpea sobre todo a los adultos mayores.
Hay afiliados del Sempre, obras sociales y prepagas que antes iban a consultorios privados a atenderse y ahora se vuelcan al sistema de salud pública para su atención o la solicitud de medicamentos gratuitos (los medicamentos aumentaron 250% interanual). En el primer bimestre las atenciones hospitalarias crecieron 42% y se les cobrará por “recaudación de servicios de salud” a efectores privados 132.746.954 pesos.
En La Pampa el 42% de la población tiene obra social (o prepaga) y usa, sobre todo para la atención primaria, los prestadores de obras sociales (como clínicas y consultorios ambulatorios). El 58% restante depende directamente del Estado provincial. Quienes tienen cobertura de salud, se atienden en su mayoría en algunas de las clínicas privadas que reciben las obras sociales sindicales, el Profe, las prepagas o los dos principales actores del sistema provincial: Sempre y PAMI.
Desde el Ministerio de Salud siguen de cerca la situación porque entienden el riesgo del efecto cascada. Pero también temen por las consecuencias que le acarrea al sistema público en general aunque el presupuesto de este año les asigna $6.874 millones (15,53% del presupuesto total) y un 36,5% más que el año pasado ($5.037 millones), es decir en valores nominales 1.836 millones de pesos más. Pero la gran pregunta es: el Estado tendrá el poder suficiente para amortiguar el impacto que trae aparejado el ingente corrimiento de la atención privada a la pública.
Cada días más caras.
La crisis de los prestadores privados genera una fuerte repercusión en la salud pública, pampeana pues todo forma parte de un mismo sistema. Si las clínicas privadas tienen problemas de morosidad al igual que las obras sociales y prepagas, el hospital público debe responder.
El encarecimiento de las prácticas médicas y los remedios (250% interanual marzo 2018-19) pone en jaque a todo el sistema de salud de nuestra provincia. Las clínicas privadas aseguran que están al borde del abismo. Hay recorte de Obras Sociales y del Pami en casi un 30% los pagos, además los insumos continúan subiendo.
Las remarcaciones en este sector se vuelven más elocuentes cuando la comparación es entre diciembre de 2015 y febrero de 2019. Según el Centro de Economía Política Argentina (Cepa); el Centro de Estudios Políticos para Personas Mayores (Ceppema) y la Asociación Latinoamericana de Gerontología Comunitaria (Algec), desde esa fecha los analgésicos subieron 733%; los ansiolíticos, 705%; antiácidos, 686%; antihipertensivos, 658%; vitamínicos, 642%; los anticoagulantes 541% y otros cardiovasculares 511%; antibióticos, 406% y en el promedio general todos muy por arriba del 250%, cuando los salarios mínimos de los jubilados fue de apenas un 143% en el mismo período analizado. Ni que hablar de las entre 50 y 70 mil recetas médicas menos entre 2018 y 2019.
El otro dato preocupante para el Ministerio de Salud de la provincia es que los nomencladores médicos (cápita), aunque no lo digan en vos alta, están cada día más lejos de los niveles inflacionarios, que sirven para compensar la caída del poder adquisitivo de los galenos.
Salud colapsada.
El ministro de Salud de La Pampa, Mario Rubén Kohan, dijo recientemente cuando se presentó en la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados para exponer sobre los principales lineamientos de trabajo para 2019, un anticipo de lo que se preveía. Ello llevo a las autoridades sanitarias a una reorganización ministerial para reforzar la atención en los hospitales cabeceras, con más médicos en los pueblos, y telemedicina para reforzar la asistencia. Aquella vez afirmó que casi el 90 por ciento de los pueblos están con médicos en este momento, pero ello tiene un costo económico considerable.
Toda aquella previsión se ha visto concretada en lo que se denominan como “recaudación por servicios de salud” que prevé el presupuesto de este año como ingreso no tributario. Pasó de 93,58 millones a 132.74 millones de pesos, es decir 39,1 millones más en 2019 con un crecimiento del 42 por ciento. Pero si la delicada situación financiera continua se volverá insostenible.
Muchos sanatorios y clínicas siguen funcionando merced a tomar préstamos bancarios con tasas del 60 al 70% anual y ello no es sostenible en el tiempo. Ya casi no tienen más los Repro (Programa de Recuperación Productiva) que enviaba Nación para cubrir parte de sus desfasajes corrientes en el pago de salarios. En 2014, hace apenas cinco años la ayuda llegaba a 406 empleados de clínicas y sanatorios privados para el pago de sueldos y salarios. La Clínica Argentina y la Clínica Regional de Pico tenían en conjunto a 123; en Santa Rosa la Clínica Modelo, 78; la Fundación de Ayuda Renal (Faerac), 59; Polymedic, 51 y el Sanatorio Santa Rosa, 95. La Arena
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