Hoy 28/02/2019, a la hora del último timbrazo, habrá dejado de funcionar el Instituto Privado Cristo Redentor de Winifreda.
Mañana abrirá sus puertas como Colegio Secundario Provincial, o algo así.
Pero el IPCR será material de archivo. Seguro miles de anécdotas en el recuerdo de cada uno podrán reconstruir su historia, riquísima.
Pero historia al fin.
En mi caso, me fuí forjando de niño a hombre en aquella época de estufas a querosén y mañanas con heladas y tuve la inmensa suerte de ser alumno de profesores que dejaron huellas profundísimas
Por caso, Milton Rulli que nos enseñó historia, pero también que la palabra medida y justa era un don difícil de lograr y por tanto muy valioso.
O Alejandro Baluth, un apasionado de las letras que siempre escuchaba y entendía. O el querido Dr Davor, ese genio que contagiaba curiosidad.
Tantísimos mas, algunos muy jóvenes y otros no tanto.
Tantísimos mas, todos en una enorme fila de recuerdos queridos.
Mis recuerdos en esos pasillos son solamente buenos.
Habré eliminado los malos, o no lo serían tanto, o se habrán reescrito en memorias felices.
Los rectores y docentes fueron y son, con matices, todos mas o menos amigos míos.
Esa es mi riqueza.
Ese fue el valor agregado del IPCR en tanto colegio de pueblo.
El vínculo casi familiar entre los directivos, los profesores, los alumnos y sus familias.
Nunca lo imaginé permeable a las disputas políticas, atravesó la dictadura con (supongo) dignidad, y fue en ésa época que recibió a los profesores que eran silenciados en Santa Rosa.
Como esos viejos artistas que se despiden vitoreados por sus fans, el IPCR da hoy el último saludo.
Quizá, en parangón con esos artistas, este retiro sea la mejor elección. Hasta siempre.
Muchas gracias querido Colegio por la vida que me construiste.
Hermoso homenaje de Darío Jañez