Agustín Cuevas es un joven oriundo de la ciudad de Santa Rosa que diseñó, junto a su compañero Nicolás Festi, una transplantadora de plantines de hortalizas como trabajo final de la carrera de Diseño Industrial que cursó en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba.
Agustín dialogó con LA ARENA para precisar el funcionamiento de “Trasplantín”, tal el nombre de la máquina en cuestión, y las ventajas que otorga a quienes la utilizan.
“Una trasplantadora de plantines de hortaliza es una máquina rural utilizada para plantar plantines en la tierra. Esto significa dejar su raíz completamente tapada y luego presionar la tierra, dejando su tallo y hojitas hacia arriba en el aire, tal y como trasplantamos cualquier planta en una maceta en nuestras casas”, expresó.
Y agregó que el objetivo del proyecto “consiste en mejorar la calidad de vida de los trabajadores de la tierra, particularmente de los pequeños productores familiares de hortalizas. Hemos estudiado la tarea de trasplante de plantines de hortalizas, la cual se hace en invernaderos y/o campos abiertos ubicados en los cinturones verdes periurbanos. Aquí, los productores realizan la tarea de forma manual, agachándose durante tiempos prolongados, y por esto tienen consecuencias graves en su salud debido a la postura y repetitividad de movimientos que adoptan a lo largo de toda la actividad”.
El diseño fue pensado para mejorar la actividad de transplante de manera global ya que permite realizar dicha tarea en una postura ergonómica adecuada, “de forma homogénea, constante y eficiente” favoreciendo el desempeño del trabajador.
“El producto es manejado por una sola persona, (para tener una imagen mental, se utiliza caminando desde la posición de parado al estilo “cortadora de césped”) y tiene como función plantar los plantines en el suelo los cuales, a diferencia de hacerlo con la mano, se largan por un tubo dispuesto vertical al suelo cayendo por gravedad a una cavidad que se encuentra en la zona inferior de la máquina, la cual se encarga de posicionarlos y ubicarlos a una distancia predeterminada según especie. Básicamente, el mecanismo tiene las siguientes funciones para poder trasplantar un plantín: abrir la tierra con un surcador, colocar un plantín de hortaliza en el hueco generado, y cerrar la tierra con dos ruedas traseras para que la pequeña plantita quede perfecta y pueda continuar su crecimiento hasta que sea cosechada”, describió el joven.
Agustín explicó que decidieron desarrollar este tipo de máquinas luego de hacer una investigación sobre horticultura que despertó su curiosidad sobre saber de dónde vienen los alimentos que consumimos y cómo se producen.
“Luego de estudiar y hacer un paneo general de estas actividades, saber que factores intervienen en cada una de ellas, qué personas, con qué productos, qué actividades y demás, decidimos intervenir en el trasplante de plantines. Precisamente aquí fue donde vimos una problemática clara, en lo que respecta a la ergonomía del trabajador, ya que pasa alrededor de dos horas en una postura extremadamente desfavorable para la salud, la cual ocasiona trastornos musculoesqueléticos en corto mediano y largo plazo”, relató.
La transplantadora inventada por el pampeano y su amigo santafesino también posee la novedad de ser un elemento que no existía para los pequeños productores familiares. Lo que hasta ahora había eran transplantadoras de gran tecnología que sirven para trabajar muchas hectáreas de campo por lo cual no son satisfactorias para mínimas porciones de tierra, además de que son máquinas muy caras e inaccesibles para los pequeños productores.
El proyecto se concretó durante el año 2018 y el pasado 20 de diciembre fue presentado en el Complejo Recreativo Municipal “Horacio del Campo” en Toay. En dicha jornada, que contó con la organización del municipio local y el INTA Anguil, Cuevas y Festi también realizaron una demostración de transplante en un predio hortícola particular. La Arena
Fotos: Gentileza Agustín Cuevas.