Esta mañana se realizó un homenaje a policías del Grupo Especial que actuaron en una diligencia de allanamiento, requisa y detención, el pasado 13 de noviembre en una vivienda de Santa Rosa, donde dos de ellos recibieron disparos de arma de fuego.
El acto se desarrolló este mediodía en el Salón "Ricardo Baudaux" de la Escuela de Policía, con la presencia del ministro de Seguridad, Julio González, el secretario de Derechos Humanos, Antonio Curciarello, el subsecretario de Prevención de Adicciones y Lucha contra el Narcotráfico, Agustín García, el jefe de Policía, Roberto Ayala, y demás funcionarios de la Policía de La Pampa.
En primer lugar se reconoció al jefe del Grupo Especial por el trabajo realizado de la Unidad. Luego fue el turno del oficial Inspector Gabriel Alejandro Bonasso. Seguidamente recibió el reconocimiento el suboficial Principal Alejandro Alberto De La Canal y finalmente recibieron el sargento Juan Antonio Manzanelli, seguido por el sargento Jorge Javier Braun y el agente Mariano Baraybar.
El ministro de Seguridad se mostró orgulloso por la tarea y el valor del Grupo Especial. “Quiero decirles que son un orgullo para la comunidad pampeana. Es grato y me llena de orgullo en lo personal que en la Policía de La Pampa exista policías como ustedes. Una lección de vida que me dieron el día que los fui a visitar al hospital, de eso no me olvido más. En el peor momento de sus vidas, Manzanelli y De la Canal, transmitieron el valor y la fuerza, algo digno de destacar. Su única preocupación era transmitir que habían cumplido la misión, arriesgaron su vida y protegieron la vida de los demás, son un orgullo para las fuerzas y para toda La Pampa”, destacó.
En tanto, Curciarello también agradeció la labor realizada por los efectivos policiales. “Desde nuestra mirada, realizaron una tarea con profesionalismo, con una clara actuación y respeto en los valores de los derechos humanos. Estamos orgullosos de cómo resolvieron la situación que les tocó afrontar, demuestra una buena actitud, en un correcto ejercicio de su tarea, un total apego a la normativa que los rige. Destacamos el rol que tienen ustedes, una tarea esencial para la vigencia de los derechos humanos. El acceso a la seguridad es un derecho humano consagrado por la normativa internacional, incluso por la Argentina. Sepan que son un orgullo, esta Policía se tiene que sentir orgullosa de la formación que les ha dado”, concluyó.
Relato del hecho
El pasado 13 de noviembre, en el marco una causa judicial, la Unidad Funcional de Género, Niñez y Adolescencia UR-I, solicita el apoyo del Grupo Especial en una diligencia de allanamiento, requisa y detención, autorizada por el magistrado interviniente mediante Orden N°1720268, a llevarse a cago en una vivienda situada en la calle Legisladores Pampeanos N°2155 de la ciudad de Santa Rosa.
Formado el escalón táctico ingresa al domicilio, procediendo a la revisión de los ambientes; en el primero se detiene a un hombre, y posteriormente se ingresa al sector del pasillo, donde a través de una puerta tipo placa y desde el interior de una de las habitaciones, comienzan a recibir disparos de arma de fuego.
Tres disparos impactan en dos de los efectivos, un disparo en la zona pectoral izquierda del suboficial Principal Alberto De la Canal, que da en el chaleco antibalas, alcanzando un segundo disparo en la zona de la cintura que atraviesa todo el bajo abdomen y sale por el lado derecho. Otro disparo impacta en el rostro del sargento Juan Manzanelli que ingresa por su nariz, atraviesa el paladar y sale debajo y atrás del maxilar inferior derecho.
Inmediatamente el líder del equipo, oficial Inspector Gabriel Alejandro Bonasso, rearma el escalón junto al sargento Jorge Javier Braun y el agente Mariano Baraybar. Irrumpen los tres en la habitación desde donde provenían los disparos, reduciendo a la persona que allí se encontraba sin utilizar en absoluto sus armas de fuego, asegurando tanto la integridad física de las posibles víctimas, como fundamentalmente del propio generador del incidente.
Posteriormente el agente Baraybar asume su función paramédico táctico y comienza a estabilizar a sus compañeros, logrando la retención de las hemorragias, detección de orificios de entrada y salida, y preparación para traslado de emergencia.
De esta manera se convierte en un antecedente único de profesionalismo policial en una situación de crisis de alta complejidad, con factores anímicos y emocionales que excedían las condiciones habituales de estrés, con respeto hacia las garantías constitucionales y los derechos humanos.