Si la UCR y el PRO van por separado le facilitarían un triunfo que el justicialismo no tiene asegurado habida cuenta de que en los comicios legislativos del año pasado se impuso por apenas 70 votos.
Los representantes del radicalismo pampeano y del PRO protagonizan febriles negociaciones y conversaciones este fin de semana para conformar el frente Cambiemos. Los plazos para inscribir esa alianza en la Justicia Electoral vencen el próximo martes en las dos primeras horas hábiles del día.
Después de una convivencia difícil durante los últimos tres años -ni siquiera pudieron conformar un bloque unido en la Legislatura provincial-, radicales y macristas locales están obligados a apurar en dos días los diálogos que no ocurrieron durante los meses previos. De los dos lados del mostrador admiten que no hubo diálogo institucional para diseñar el armado electoral y que ahora hay que tomar definiciones en conciliábulos de último momento, a contrarreloj.
Al menos ayer al mediodía el propio candidato a gobernador de la UCR, Daniel Kroneberger, participó de un encuentro con emisarios de los diferentes partidos que confluirían en el frente. A pesar de los recelos que han expresado para la tribuna algunos dirigentes del radicalismo, nadie pone en duda que finalmente se impondrá el criterio de conformar Cambiemos.
Es un matrimonio por conveniencia: si van por separado le facilitarían un triunfo que el justicialismo no tiene asegurado habida cuenta de que en los comicios legislativos del año pasado se impuso por apenas 70 votos.
Mano a mano
Evitar la interna a gobernador de un frente Cambiemos será una empresa difícil. En las últimas apariciones públicas Kroneberger le ofrece la vicegobernación a Mac Allister y el exsecretario de Deportes de la Nación le responde proponiendo el mismo trato al diputado nacional de la UCR.
Ninguno está dispuesto a bajarse y ambos velan armas para la contienda. En la cumbre de las autoridades partidarias de la UCR con los funcionarios del Gobierno Nacional de esta semana no hubo arreglo: el mensaje fue que en La Pampa habrá internas inevitablemente.
Kroneberger encabezó el jueves por la noche una reunión en el comité de General Pico, donde comentó a los dirigentes y militantes reunidos la forma en la que piensa encarar la campaña que se viene encima. En el PRO hubo encuentros jueves y viernes para el armado territorial y las propuestas.
Con el actual panorama, también cabe la hipótesis de que una interna una más a radicales y macristas locales que un arreglo que metería debajo de la alfombra desconfianzas y recelos. Además, permitiría dirimir los lugares que le corresponden a cada espacio en la lista de diputados provinciales.
Una interna Kroneberger-Mac Allister tiene final de bandera verde. El “Ruso” viene de la política tradicional, del interior profundo, y tiene más experiencia ejecutiva. El “Colo” viene de afuera de la política, tiene un capital valioso en el manejo de las redes sociales y es el candidato del “porteño” Gobierno Nacional. En lo ideológico, de todos modos, son muy parecidos: uno u otro serán expresión de la derecha, serán Cambiemos.
Acuerdos de pago chico
En el resto de las candidaturas de un eventual frente de Cambiemos asoma como posible un acuerdo global más claro.
En los municipios que gobierna la UCR no habría internas y encabezaría el postulante radical abriendo la lista a algunos representantes del PRO. Serían alrededor de quince comunas. Por ejemplo, en Santa Rosa le despejarían el camino a Leandro Altolaguirre y bajarían la precandidatura del delegado de PAMI, Enrique Juan. En Guatraché competirá por la reelección el radical Sergio Arrese y los macristas no pondrían objeciones.
En las comunas que gestiona el PJ el hombre o la mujer con mejor posicionamiento encabezaría la fórmula y repartirían casilleros en la lista de unidad. En General Pico, por ejemplo, el candidato sería el legislador nacional Martín Maquieyra -le ganó al PJ en esa ciudad la última elección- y la UCR acompañaría. Lo mismo sucedería en Macachín con Josefina Díaz. Una situación inversa ocurriría en Eduardo Castex, donde el diputado provincial Fernando Perello mide mejor que Paula Kohan, el nombre que puso en carrera el PRO. En Parera, otro caso, no habría discusión respecto a la candidatura del radical Juan Carlos Olivero, exjefe comunal y exdiputado provincial.
El PRO no tiene punto de comparación respecto a su principal socio en cuanto a comunas gobernadas por ese color político. Apenas puede mostrar Intendente Alvear, donde el frente que lideró el exintendente Eduardo Pepa ya tiene decidido que el joven Francisco Traverso buscará la reelección.
Finalmente, también se admite que hay particularidades locales que no podrán conciliar un acuerdo de cúpulas y que deberán dirimirse en el pago chico. En ese sentido, el caso de General Acha es especial: hay una gestión vecinalista que buscará revalidarse y un candidato que saldrá de la interna del PJ y si se conforma Cambiemos, ni Adriana Leher ni Abel Sabarots (del PRO y la UCR) aparecen dispuestos a admitir una primacía de uno sobre el otro. El Diario