LA CÁMARA DEL SECTOR REVELO QUE LAS VENTAS CAYERON 30 POR CIENTO EN EL AÑO
Los comerciantes, industriales, dirigentes políticos y bancos desconfían que la brusca caída de las ventas en la segunda ciudad de La Pampa abra la posibilidad latente de cortes en la cadena de pagos. En los últimos ocho meses crecieron los despidos en los rubros de comercio y servicios.
La Cámara de Comercio de la ciudad de General Pico reveló a LA ARENA que hubo un descenso del 30% en las ventas. La institución estima que la situación se verá agravada hacia fin de año. El sector sufre la inflación, el dólar, los fletes onerosos, los costos bancarios altos, el incremento de ventas telefónicas y online, los tarifazos y el comercio ilegal, pero la incertidumbre de la gente es lo que más los preocupa.
El secretario de Hacienda y el director de Habilitación y Control Comercial de la comuna piquense confirmaron a este medio que en lo que va del año hubo 144 locales que bajaron sus persianas. Fueron afectados el microcentro (17%), centro (12%) y las populosas barriadas de Talleres (10%), Este (9%), Pacífico (8%) y Frank Allan (6%). Otro dato nada alentador es la existencia de 235 locales vacíos.
Hay hechos en el giro de un negocio mercantil que no requieren de un análisis técnico profundo para comprenderlos. General Pico, segunda ciudad pampeana con 63 mil habitantes, tiene en la actualidad 3.458 locales comerciales habilitados. Decir que en ocho meses, en seis de los 21 barrios de la ciudad, han cerrado un centenar y medio de locales, y que haya 235 vacíos por alquileres inalcanzables para la rentabilidad actual, es un dato de la economía real.
El goteo de la crisis baja fuerte y golpea la principal actividad generadora de empleo. Los rubros que sufren el derrumbe del consumo son seis: comercios por mayor y menor, reparación de motos y autos; transporte y almacenamiento; servicios de salud (incluye efectores privados, farmacias y servicios profesionales); industria; alojamiento y comida y servicios culturales y deportivos.
A pique en Pico.
Las ventas minoristas en el comercio piquense no cesan de caer y se refleja en cierres reiterados de negocios que, si bien son reemplazados por otros, al poco tiempo cierran otra vez. El secretario de Hacienda de la ciudad, Ricardo Biglia, y el director de Habilitaciones Comerciales, Diego Martín Serralta, informaron que los comercios dados de baja en ocho meses fueron 144 (en igual período hubo 213 altas y 375 en trámite).
Pero lo que desvela al rubro mercantil, según el presidente de la Cámara de Comercio Sixto Miguel Suárez, es que la caída del consumo llega al 30 por ciento. Si se analizan las 45 manzanas del microcentro, 66 del macrocentro y las 120 de las populosas barriadas de Talleres, Barrio Este, Pacífico y Frank Allan, donde residen las dos terceras partes de las bajas por referenciación barrial, el panorama no es alentador. Además de ello hay 235 espacios sin ocupar y los cierres se han detectado con mayor frecuencia en el último trimestre.
Las ventas reales en unidades físicas cayeron interanualmente un 30%, mientras que la facturación bajó 20% por la merma de ventas y caída de la rentabilidad. Para el dirigente empresario piquense “no se da en todos las actividades por igual, pero la peor noticia es la incertidumbre de la gente”.
Por las nubes.
Alarman la inflación, el dólar, los alquileres por las nubes, la falta de dinero cash y la discontinuidad del programa Ahora 12 (se opera solo de contado o entre 3 y 6 cuotas máximo). Suárez aseguró que “le han pedido a CAME reactivarlo urgente”. Se unen al escenario pesimista el aumento de los combustibles que encarece fletes y acarreos, los altos gastos en las entidades financieras (los adelantos transitorios en cuenta corriente o descubiertos), los intereses y el descuento de cheques.
La conflictividad laboral y los procedimientos preventivos de crisis comerciales siguen subiendo junto al peso de las tarifas de luz y gas natural y al notable avance de las nuevas tecnologías como ventas telefónicas y por Internet desde fuera de la provincia, lo cual lo hace incontrolable. Lo otro que aflige es la eterna pelea contra las ventas ilegales.
De igual modo, el comercio es uno de los mayores generadores de ingresos a las arcas del Estado provincial por el pago de tributos, más aún luego de que el Gobierno provincial subiera en la Ley Impositiva 2018 el precio del gravamen, llevándolo para el cobro de ingresos brutos de 2,5 al 3%. La Arena