Fabián Tomasi era un trabajador rural de la provincia de Entre Ríos. Basavilbaso era su pueblo, que por estar enclavado en una de las zonas agropecuarias más ricas de Argentina ha sustentado su economía principalmente a partir de la producción primaria del campo.
Como tantos otros trabajadores rurales del país, Fabián tuvo su lugar en la cadena de producción de alimentos, hasta que en algún momento de su vida laboral debió tomar duramente conciencia que en lugar de alimentos se trataba de commodities.
Como tantos otros trabajadores rurales del país, Fabián quedó expuesto sin protección alguna a la pulverización penetrante de los venenos que pródigamente distribuyen las avionetas aplicadoras de agroquímicos. Era banderillero. Uno de los puestos de mayor exposición a esa lluvia letal que lo trató periódicamente como a cualquier otra planta de maíz o de soja de esos cientos y miles de hectáreas que nunca serían de él. Porque en este país la tierra no es de quien la trabaja sino de quien la acumula, y donde el dinero o la sangre han sido siempre los medios empleados en ese proceso.
A Fabián Tomasi le diagnosticaron un cuadro clínico que se denomina polineuropatía tóxica severa y atrofia muscular generalizada. Una de las muchas enfermedades que pueden generar los venenos que se usan para producir lo que día a día llega a nuestros platos. Y Fabián casi fue una más de las muchas víctimas que el modelo tecnológico de producción descarta silenciosamente año tras año. Pero él no quiso ser un descartado, por eso tomó en sus manos y sobre su cuerpo dolido la lucha contra este sistema de producción que solo busca la máxima rentabilidad a cualquier costo. Y se convirtió en una de las figuras más importantes de la denuncia de este modelo asesino.
Su imagen y su testimonio valiente ha sido el estímulo para nuevas generaciones de luchadores por la salud y un ambiente sano.
Hoy Fabián ya no está entre nosotros y nuestro dolor acompaña al de sus familiares y amigos. A partir de hoy Fabián, así como otros compañeros que tampoco están aquí, es uno más de los faros que ilumina nuestro camino de lucha. Fabián Tomasi nos ha dejado un ejemplo de vida que es un aliciente para tomar el lugar vacante que dejó en la barricada.
CSLP, 07 de septiembre de 2018