Una mujer descubrió que figuraba como aportante falsa en las elecciones de 2015 y decidió pedir explicaciones a su empresa. En 2017 volvió a aparecer. Logró establecer que el dueño fue quien dio la lista de 11 empleados para figurar.
Brenda, empleada de la empresa de Seguridad Murata SA, le dijo ayer a Perfil que ella y varios de sus compañeros de trabajo figuraban en la lista de aportantes truchos sin haber donado un solo centavo a Cambiemos.
En 2015, cuando apareció en la lista, le preguntó a la contadora de la empresa si alguien había dado su nombre y recibió una negativa como respuesta. No conforme con la situación, comenzó a buscar trabajo y emigró a España.
Hoy, para su sopresa, alejada de Murata SA, prestadora de servicios en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, sus compañeros le avisaron que figuraba junto a otros 11 empleados de la compañía.
Esta vez, logró llegar con su interrogatorio hasta el dueño de la empresa, quien le confirmó que él mismo había pasado el listado a Cambiemos para que aparezcan donando un dinero que nunca donaron.
Brenda Osso es una de las más de 300 personas que se comunicaron la semana pasada con la ONG La Alameda para denunciar que figuran aportando dinero a campañas electorales sin haber realizado nunca esas contribuciones. A Brenda la utilizaron tres veces: aparecía aportando $ 95 mil en el primer informe de gastos de las PASO de Cambiemos en 2015; otros $ 30 mil a la campaña presidencial de octubre; y $ 16.500 más para la campaña legislativa del oficialismo en la provincia de Buenos Aires en 2017. De acuerdo a la Ley de Financiamiento de los Partidos Políticos, las compañías que prestan servicios al Estado nacional, provincial o porteño tienen prohibido aportar a campañas.
Por eso, la Justicia investiga si el dinero donado a nombre de los empleados provenía de los dueños de estas empresas. Osso se estableció en España hace unos diez meses, luego de pasar por otros países de Europa. Cuando hicieron el aporte en su nombre para la campaña del año pasado, ya se encontraba fuera del país. Se había ido de la Argentina en marzo de 2017. “La primera vez, me enteré googleando mi nombre. Yo trabajaba en Finanzas de la empresa de seguridad. Apareció una nota de El Cronista sobre los aportantes de 2015 y aparezco donando $ 95 mil. Ni siquiera ganaba la mitad de lo que decían que había donado.
El dueño, Roberto Raglewski. le admitió que él había dado la lista de los empleados para la campaña y “la abogada me lo contó. Le mandó a decir que no era tan grave, que si tenía algún problema con la AFIP que lo llamara y que si los periodistas llamaban les teníamos que decir que habíamos aportado porque apoyábamos a Cambiemos”, contó Osso a Perfil.
“La abogada me recomendó que no hiciera la denuncia y que si quería iniciar acciones legales lo hiciera cuando me hubiera ido de la empresa”, agregó.
La semana pasada, luego de que La Alameda subió a la web las listas de aportantes de todas las campañas políticas de los últimos años, Osso recibió el llamado de una amiga desde Buenos Aires. “Brenda, aparecés de nuevo como aportante de Cambiemos”, le dijo. “La primera vez me detuvo el hecho de que estaba trabajando ahí y en la empresa hay muchos policías retirados y es un ambiente difícil. No quería terminar amenazada. Esta vez me da más indignación porque ni siquiera estoy en el país”, aseguró Osso. Los empleados de Murata se usaron para justificar $ 480 mil en las PASO de 2015. Luego, volvieron a utilizar sus nombres para justificar aportes de la campaña de octubre por otros $ 330 mil; y en 2017, seis de ellos, incluida Brenda, aparecen aportando $ 100.500 a la campaña en la Provincia. Plan B