El analista político y consultor Hugo Haime afirmó que en La Pampa "la posibilidad de reelección que tiene el gobernador Verna es muy alta" y que "hay un oficialismo nacional y una oposición al gobierno local que los veo débiles".
Haime es licenciado en Sociología y titular de la firma, que lleva su nombre, líder en Latinoamérica en investigación, imagen y comunicación política e institucional. Es autor, entre otros, del libro "Qué tenemos en la cabeza cuando votamos". En una charla con el autor, analizó la política nacional actual y el gobierno del presidente Mauricio Macri, y observa que "hay una caída fuerte de la aprobación a la gestión y de las expectativas". También la política pampeana, a la que sigue de cerca.
-¿Cómo observa hoy la situación del presidente Macri ante la situación económica actual? –Este fue siempre un gobierno de expectativas, de una gestión económica que siempre estuvo cuestionada. Este es un gobierno afirmado en valores, de lucha contra la corrupción, de lucha contra el narcotráfico, un poco de obra pública. En la economía siempre tuvo problemas, pero había una expectativa alta de que las cosas mejoraran a un año vista. Todo eso desde noviembre en adelante ha venido cayendo muy fuertemente, desde la ley de previsión en adelante hay una caída fuerte del gobierno nacional y de las expectativas. El último dato antes de la búsqueda del acuerdo con el FMI, es de un 30% de aprobación y 60% de desaprobación a la gestión del gobierno nacional. De que la política económica está errada, está equivocada. Hubo una muy fuerte caída en las expectativas cuando en noviembre el 50% de los argentinos decía que las cosas iban a estar mejor en un año. Ahora es diferente. Ahora todo es 30%. Cuando se dice en la Argentina que hay problemas con el dólar la gente empieza a decir aquí estamos en un problema, no se sabe de qué tipo, pero hay un problema. Encima se anuncia que se va a ir al Fondo Monetario, entonces para la gente hay una crisis. Es lo lógico por asociación, por experiencia, por historia que uno tiene en la Argentina. En este momento la situación del gobierno es una situación débil desde lo económico y muy débil en lo político. Hay un votante de Cambiemos que le va perdiendo la confianza.
-Esto apunta directamente sobre las posibilidades de reelección de Macri, que se veía casi como automática a fines del año pasado. -Eso para mí terminó. El panorama está abierto. Del otro lado, del peronismo, tiene que aparecer una propuesta superadora tanto del macrismo como del kirchnerismo para poder mostrar que hay un camino distinto. Ese discurso aún no se da. Pero en cuanto la oposición empiece a encontrar ese discurso es muy probable que empiece a crecer y a aparecer como alternativa. Hoy me parece que estamos en un camino abierto en todo sentido, porque como falta mucho para el proceso electoral, el gobierno puede tener capacidad para recuperarse o para seguir cometiendo errores. Es lo que está pasando el día de hoy. Todos los días hay un desmanejo distinto, entonces uno no sabe cómo va a continuar esta situación.
-¿El peronismo puede encontrar ese camino alternativo? -Hoy no se ve. Hoy uno lo que ve son voluntades. Hay una discusión en el peronismo preguntándose si el límite es Macri o el límite es Cristina. En el peronismo quizá comenzó en noviembre un sector a decir que el límite es Cristina, pero ahora está tornando a decir que es Macri. Antes que eso el peronismo tiene que definir si tiene un rol opositor o está en un rol más intermedio. Y una vez que encuentre eso tiene que encontrar ese discurso. Me parece que para encontrar la figura tiene tiempo. La sociedad necesita alguien que le planteé un camino alternativo, le de certidumbre que la Argentina puede crecer sin políticas de ajuste y sin políticas populistas. Eso me parece que todavía no está.
-En una entrevista a un medio nacional indicó que los resultados de una encuesta piden en el peronismo un perfil más moderado. ¿Eso le quita chances a CFK en 2019? -El problema que tiene el peronismo es que Cristina dejó obviamente un recuerdo en un sector de la población, pero Cristina viene perdiendo ya dos elecciones. O sea que Cristina no pueda ganar una elección torna muy compleja la situación porque Macri básicamente le gana y el Pro se mantiene vigente con decir nosotros somos distintos a Cristina. Desde ahí se precisa una alternativa superadora a esa situación. Pero tiene que quedar en claro que es una alternativa al gobierno nacional, sino le va a ser muy difícil al peronismo construirla.
-¿Cómo ve la situación a 2019 en La Pampa? -Me parece que la provincia tiene un líder claro que es el gobernador. No veo que haya otros dirigentes políticos que hoy puedan tener mejor imagen que él y la posibilidad de reelección que tiene el gobernador es muy alta. Resulta muy claro. Además hay un oficialismo nacional y una oposición al gobierno local que los veo débiles. Está muy golpeado el gobierno nacional. Las políticas de ajustes y la idea de que el gobierno está en una crisis económica es una situación que está en todos lados. En todas las provincias está sucediendo eso.
-Y la oposición pampeana está dividida… -La otra es que la oposición está dividida. Pero aunque no esté dividida me parece que el proceso electoral de la elección legislativa (del año pasado) donde se dio vuelta una elección desde la PASO a la general, se vio que apenas el gobernador se puso en protagonista logró dar vuelta el proceso electoral.
-En su libro "Qué tenemos en la cabeza…" habla del sistema de valores de la sociedad, sus mitos y su historia a la hora del voto, ¿qué sistema de valores o que mitos encuentra en La Pampa? -La Pampa es una provincia nueva, uno tiene que escarbar un poquito para ir encontrando cual es el mito de origen. Todavía eso está un poco en construcción. Me parce que el que hoy unifica un poco sobre eso es el gobernador Verna en la defensa de los recursos naturales de La Pampa. La Pampa tiene bastante de eso, pero también algo de industriosa. Me parece que es bastante particular, porque es una provincia extensa pero con poca población. Es una provincia rica al mismo tiempo, y siempre que hay tierra la gente supone que hay riqueza. Lo otro que está muy presente en La Pampa y que la hace muy distinta a gran parte del país es tener un Estado tan activo que va resolviendo situaciones, desde que te pasa a buscar el colectivo a los chicos para el colegio a cómo funciona el sistema de salud pública. Eso se toma como una cosa natural. Porque si vivieran en el Conurbano e inclusive en la Capital Federal el nivel de contraste sería muy fuerte. Hay una demanda permanente sobre el Estado activo, lo que la hace una provincia muy diferente a otras.
-¿En esto también se hace una relación entre Estado y peronismo? -El peronismo siempre planteó la necesidad de un Estado activo y protectivo, pero al mismo tiempo industrioso, y los gobiernos peronistas lo han venido desarrollando con mayor o menor dificultad. Si uno toma el país, hay 60% que pide un Estado protectivo, y un 40% o 35% que va a pedir un Estado garante como el de la Ciudad de Buenos Aires. Es esta moral de clase media de "dejame de embromar, a mí garantizame que yo pueda hacer lo que quiera con mi vida". En el caso de La Pampa hay un Estado protectivo pero también uno que impulsa proyectos nuevos, y se está encontrando en esto un equilibrio que uno no encuentra en muchos lugares.
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