Horas complejas se viven en el país y esto repercute en la política pampeana. Cuando todo parecía encaminado al choque entre el PJ y Cambiemos en 2019 la provincia, y se avanzaba a pasos cada vez más acelerados, todo pareció congelarse.
La economía y la política van de la mano y en las últimas semanas todo se hizo cuesta abajo para el gobierno del presidente Mauricio Macri. Su peor momento desde 2015. El combo de tarifazos, inflación sin control y disparada del dólar apuntó directamente contra su imagen. No una, sino varias encuestas, marcaron la pérdida de credibilidad y liderazgo de parte del gobierno y la caída de las expectativas. Ahora desde Casa Rosada se está buscando alguna forma de contrarrestar las malas noticias.
En este contexto, en La Pampa el PJ y Cambiemos quedaron encadenados a la agenda nacional. Y a los sacudones de la tormenta económica. Todo lo que se discute en la política provincial está directamente entrelazado con lo que ocurre en el escenario nacional.
El peronismo huele sangre
En la disputa política actual encontramos al gobernador Carlos Verna frente al presidente Macri, al PJ frente al macrismo. Ya se han elegido, o la realidad los ha enfrentado, como los términos del conflicto político provincial. El PJ en esta etapa parece haber quedado en stand by en lo político. Aunque pega cuando puede al gobierno nacional. El peronismo huele sangre en el ambiente y no va a dejar pasar la oportunidad. Se suspendió por ahora el clamor a la reelección del gobernador Verna y no se habló más del desdoblamiento. Estrategia que no se utilizaría si la gestión de Macri se devalúa en los próximos meses, pero que por ahora es necesario tener a mano.
Mientras tanto, arrecian los golpes contra el principal contrincante de cara a 2019. La realidad les da argumento, como ocurrió con los despidos en el Senasa. Varios videitos lanzados por el peronismo tuvieron como blanco al secretario Javier Mac Allister. Hay cierta satisfacción en algunos socios que preferirían no verlo en carrera, pero que se desvelan porque es el más considerado de la oposición.
En el Congreso el diputado nacional Sergio Ziliotto fue una de las espadas para impulsar el freno a los tarifazos de Macri en una iniciativa que unió a todos los peronismos (el federal, el kirchnerista y el massista). Pero no hay que ilusionarse con la unidad. Esta coincidencia fue apenas por estrategia común, impulsada por el malestar social y circunscripta a un tema puntual del ámbito legislativo. La oposición nacional todavía sigue fragmentada y enfrentada.
La tormenta actual también trae cierta inquietud al PJ. El gobierno nacional podría desbarrancar, lo que también arrastraría a las gestiones provinciales.
La realidad color amarillo
La agenda nacional adversa para Cambiemos obligó a bajar en Santa Rosa la principal actividad que tenía prevista para el viernes, con la visita del ministro del Interior, Rogelio Frigerio. A poco de tomar el vuelo a tierras pampeanas decidió suspender su viaje. Ya el día anterior algunos medios se habían encarnizado con Mac Allister.
Mientras tanto, y mientras se espera que pase esta tormenta, Mac Allister avanza con su proyecto 2019. En los últimos días tuvo varias reuniones con su armado: jóvenes Pro, comisiones de la Fundación Pensar, peronistas disidentes. "Las camisetas que ya se distribuyeron y el mismo Colo que dice que va a ser el candidato a gobernador no dejan lugar a dudas", indica una fuente del macrismo.
En Cambiemos los vaivenes del escenario actual sacuden más la conflictiva relación entre parte de los radicales con el macrismo pampeano. El presidente de la UCR agita puertas adentro las aguas en contra del gobierno nacional y habla de enfrentar al Pro en 2019, como ocurrió en una reunión de concejales del interior. Sin embargo, quedó obligado a conformar la mesa de Cambiemos, que se iba a concretar finalmente el viernes pasado y tuvo que suspenderse por la cancelación del viaje de Frigerio. Cambiemos es una realidad que se apura o se resiste por cuestiones estratégicas de sus componentes. En esa contradicción permanente es que se entienden algunas de las desaforadas declaraciones del presidente de los radicales.
Los socios de las dudas
Hay radicales que están en la postura de ser críticos a Macri y enfrentar a Cambiemos-Pro en la provincia para no perder terreno en 2019, pero saben que son parte de un gobierno nacional y no le pueden escapar a esa realidad. Hay quienes prefieren hacerse los desentendidos como el senador Juan Carlos Marino y otros que critican un gobierno que están integrando por asociación, como Altolaguirre. Y están los que saben que Cambiemos es una realidad y que la UCR está adentro con costos y beneficios, y miran un 2019 en una alianza con el macrismo sin mayores traumas.
La tormenta nacional que marca la agenda se desparrama en otros ámbitos. En la Legislatura queda demostrada esta situación en cada sesión, aunque la sociedad no las perciba: el PJ presenta proyectos para rechazar y censurar medidas de Macri y el Pro las defiende. Esto ayuda al PJ a evitar hablar de algunas cuestiones de la gestión provincial, pero la agenda nacional se impone por sí misma. Los radicales, en una situación incómoda, quedan a medio camino en un silencio culposo. No quieren que los consideren pegados a unos o a otros.
Todos en el escenario político están expectantes de cuál será el resultado y las consecuencias de este mal momento económico de la gestión macrista. La realidad nacional tendrá incidencia directa en la campaña y en el escenario electoral de La Pampa. El PJ analiza que la situación actual se profundizará, en Cambiemos se esperanzan que la crisis se resuelva. Como en el tema de Soda Stereo, a muchos les gustaría entonar "despiertamé, cuando pase el temblor".
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