PARO DE 48 HORAS EN SENASA Y AGRICULTURA FAMILIAR
Los trabajadores del Centro Regional La Pampa-San Luis del Senasa, junto a los de la Subsecretaría de Agricultura Familiar, resolvieron en asamblea ratificar el paro de 48 horas (por ayer y hoy) en la oficina de Santa Rosa y en los frigoríficos.
“Exigimos la urgente reincorporación de los despedidos; denunciamos la arbitrariedad de las cesantías y reclamamos a las autoridades locales que defiendan las fuentes de trabajo”, subrayó Luciano González, delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).
En Senasa son 213 los empleados despedidos en las distintas regionales del país, que se suman a los 330 echados de las diversas reparticiones del Ministerio de Agroindustria, entre ellas la Subsecretaría de Agricultura Familiar.
Después que los cuatro trabajadores cesanteados en la delegación local del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) entregaran a las autoridades una nota con las resoluciones de la asamblea realizada ayer por la mañana, brindaron detalles sobre sus casos particulares.
“Una ruleta rusa”.
Ana Lis Amigo contó que es empleada administrativa en la oficina local, con seis años de antigüedad. Trabajó como monotributista durante tres años y luego fue contratada bajo la modalidad del llamado artículo 9, que se renueva anualmente.
“Es un luto el que sentimos. Estamos muertos en vida. Nos quedamos sin trabajo. Yo siempre vine a horario, incluso los sábados, sin tener la obligación de hacerlo para realizar otro tipo de tareas que no estaba en mi repertorio. Cuando las papas quemaban me buscaron y yo estuve y ahora me hacen esto”, sostuvo la joven, conmocionada por la incertidumbre que le genera la situación.
“Me mandaron una foto de un listado en el que está mi nombre y ahora estoy acá esperando que me llegue la carta documento. En teoría dicen que es por una prueba de idoneidad que nos hicieron y que yo nunca vi. A mí nunca me tomaron un examen para ver si estoy apta para mi puesto o no. Esto es una vergüenza. No es que ficho y me voy. Yo vengo y laburo. Me tienen que venir a ver. Estoy todos los días acá, trabajando”, continuó Ana.
“Yo creo que ponen en una bolsa papelitos con nuestros nombres y agarran uno. Es una ruleta rusa. Yo por lo menos soy joven pero tengo compañeras que no lo son. ¿Dónde van a buscar trabajo ahora? En La Pampa no hay trabajo. Yo gano 14.500 pesos. Estaba mandando currículos para trabajar a la tarde y poder solventarme con un poco más de guita. ¿Y ahora qué hago? ¿Quién me va a tomar? Si en Santa Rosa están echando a todos. De última me echan pero ponen una fábrica de algo. No hay nada acá para laburar. Esa es la desesperación que tengo”, concluyó Ana Lis.
A dos años de jubilarse.
Otra de las trabajadoras despedidas es Juana Rodríguez. Con 58 años, le faltan dos para jubilarse. Tenía 12 años de antigüedad como empleada administrativa en el Senasa, también con contratos que se renovaban anualmente mediante el artículo 9. Hace tres años rindió un examen para ingresar a planta permanente. Obtuvo 98 puntos. “Supuestamente ya tendría que estar en planta. Pero el concurso se trabó”, afirmó la mujer.
“¿Y ahora qué hago? Con los dos años que me faltan, ¿quién me va a dar trabajo?, se preguntó Juana, además de destacar que los trabajadores despedidos tienen el apoyo del director regional Luis Carné, “pero no le atienden el teléfono”.
Un listado sin explicaciones
Los cuatro despedidos en el Senasa repudiaron el modo en que se enteraron que habían sido echados del organismo nacional. Según contó Patricio Alvarez, uno de los técnicos que perdió su fuente laboral, un compañero que lo supo antes que ellos les envió “la famosa listita, que es una planilla de Excel donde están los nombres nuestros sin ninguna explicación”. “Preguntamos acá pero nadie nos dice nada. No nos atienden los teléfonos. Es feo para cualquiera. Y en teoría dicen que siguen. Es una locura lo que está pasando. No se puede estar así”, cuestionó el trabajador.