Una joven santarroseña denunció penalmente a la Armada Argentina por “encubrimiento, ocultar pruebas y distraer a la investigación para no llegar a la verdad” por la desaparición del submarino ARA San Juan. Se trata de la diseñadora gráfica Anabela Aguirre, esposa de Enrique Damián Castillo, uno de los 44 tripulantes de la nave.
Castillo es un suboficial que pertenecía al “Centro de Integración de Inteligencia Táctica Atlántico” (CIAT), es decir un hombre de la inteligencia naval.
Por su falta de preparación, no debería haber abordado el submarino. Pero, presionado por sus superiores, fue a la misión, ha dicho Anabela. “Sos un héroe que fue por un capricho de un capitán que no pensó ni razonó, que no sabías hacer un escape colectivo en caso de emergencia, que no sabías usar la boquilla para bucear, que no sabía colocarte el traje de salvavidas y eso no se aprende señores en un viaje”, había denunciado en enero en su cuenta de Facebook. “Pero como eras tan profesional fuiste así no te manchaban la foja impecable que siempre tuviste. Con los ojos llorosos nos dijiste cuando te ibas ‘cuando vuelva, ma, esto no va a quedar así’. No volviste y yo quedé para luchar por vos, vi lo que sufrías al irte”.
Él era el responsable de identificar a los pesqueros extranjeros que podían estar depredando el mar Argentino, o los aviones de “Gobernación Malvinas” y los buques de guerra de Reino Unido que operan en la “Zona Malvinas”, según la “orden de Operaciones” con la cual zarpó el submarino. Sólo él debía realizar esa tarea, consignó el sitio Infobae.
Pero, para abordar un submarino, según consta en la reglamentación interna el “personal embarcado deberá tener los cursos habilitantes para formar parte de los conjuntos operativos donde deban ser integrados”.
Así y todo se lo embarcó. Para que se entienda de manera correcta, Enrique Damián Castillo, desconocía desde cómo ponerse los trajes especiales de buzo que deberían ser utilizados en caso de emergencia, ni cómo manejarse en una situación, hasta de mínimo peligro dentro de un submarino.
Aguirre -la esposa de Castillo, quien reside en Mar del Plata- es representada por la abogada Valeria Carrera, quien se asoció al estudio de Fernando Burlando para este caso. Carrera acaba de denunciar a la Armada Argentina por “encubrimiento, ocultar pruebas y distraer a la investigación para no llegar a la verdad”.