El empoderamiento femenino está en una etapa de consolidación histórica. A partir de la masificación de reclamos colectivos en pos de la igualdad, los roles tradicionalmente vinculados al género también entran en debate y los tiempos y formas de la maternidad se resignifican.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo, expertos comparten información valiosa para que aquellas pacientes que deseen postergar la maternidad conozcan cuáles son las alternativas para preservar su fertilidad, así como las técnicas para minimizar riesgos médicos en los embarazos y la descendencia.
“La posibilidad de embarazo en mujeres de 40 años es menor al 10%. A los 30, el 70% de los óvulos que tiene una mujer son genéticamente normales, mientras que a los 40, sólo el 30% presenta esta característica. Por eso, teniendo en cuenta que la edad avanzada es una de las principales causas de infertilidad, para aquellas mujeres que desean postergar la maternidad hoy existe la opción de preservar su fertilidad y la recomendación es hacerlo convenientemente antes de los 35 años”, explica el doctor Fernando Neuspiller, director de IVI Buenos Aires, quien al mismo tiempo resalta que la maternidad tardía es una realidad frecuente en la Argentina y el mundo: socialmente, es una etapa asociada a la madurez y la plenitud, a partir de una mayor estabilidad profesional, emocional y económica.
Desde el punto de vista psíquico y emocional, la licenciada María Villamil, psicóloga del mismo centro, destacó que “hoy en día la mujer es más independiente, por lo cual resulta normal que el trabajo sea lo primero y, de hecho, cada vez hay más mujeres que deciden no ser madres”.
De todas maneras, la profesional señala que féminas a las que no se les ha despertado el deseo, pero éste puede surgir después, y tienen que ser conscientes de que existe una edad biológica límite, porque se produce un envejecimiento progresivo de los ovarios y óvulos. “Lo que se plantea en estos casos es la preservación de la fertilidad para contar con la oportunidad de elegir y poder tener un hijo en edades más avanzadas”, puntualizó.
La técnica sugerida es la de vitrificación, que consiste en la estimulación ovárica con medicación y puede iniciarse en cualquier momento del ciclo de la mujer, para luego aspirar los ovocitos que entrarán en un proceso de solidificación en el que serán tratados con una sustancia crioprotectora y sumergidos en nitrógeno líquido a una temperatura de -196°C. A diferencia de la congelación tradicional, no se forman cristales de hielo que puedan dañar al óvulo y todo el procedimiento se lleva a cabo solamente entre 10 y 12 días.
Finalmente, dado que la maternidad tardía es cada vez más habitual, en el caso de las mujeres que deseen buscar un embarazo en edades avanzadas, el diagnóstico genético preimplantacional (DGP) resulta fundamental, ya que la incidencia de problemas cromosómicos aumenta a partir de los 35 años. Este estudio permite determinar alteraciones genéticas y cromosómicas en los embriones antes de su implantación, para lograr que los hijos nazcan libres de enfermedades hereditarias, y se trata de una técnica de Reproducción Asistida que requiere siempre un tratamiento de Fecundación In Vitro (FIV) con Microinyección espermática (ICSI), para disponer de los embriones en el laboratorio.