Cláusulas: del 'gatillo' al 'embarazo'
- La Pampa
- 28 feb 2018
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PARITARIAS MODELO 2018
En Balcarce 50 se habla de “cláusula embarazo”, dado que ya no habrá un ajuste automático del salario toda vez que la inflación supere el aumento otorgado, sino solo un compromiso de sentarse a conversar a los nueve meses con los números de la inflación arriba de la mesa.

Todo parece indicar que más temprano que tarde el gobierno nacional logrará imponer su criterio en las negociaciones salariales que se avecinan, esto es, aumentos por debajo del 15 por ciento sin cláusula gatillo.
Sucede que a fuerza de amenazas, el Ejecutivo pudo domesticar a buena parte del sindicalismo argentino a punto tal de que el secretario general del gremio con mayor cantidad de afiliados, el de los empleados de comercio, ya manifestó extraoficialmente su disposición a convalidar el 15 por ciento sin ajuste por inflación.
En realidad, esta pasividad de los popes sindicales viene a consecuencia de la confrontación del presidente Mauricio Macri con el clan Moyano. Este enfrentamiento le permitió a la administración de Cambiemos poner el patrimonio de los gremialistas dentro de la agenda de los medios de comunicación, y es a partir de ello que la iniciativa en la cual trabaja la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, de dar a conocer las declaraciones juradas de los secretarios generales, actualmente solo en poder de la Superintendencia de Servicios de Salud que debe conservarlas en secreto, provoca pánico entre los representantes de los trabajadores.
Dicho de otro modo, a Moyano no lo dejaron solo por viejos resquemores de la época en la que era kirchnerista y con venia oficial chupaba afiliados de todos los gremios, sino sencillamente porque revistar hoy en las huestes del camionero augura un futuro inmediato plagado de problemas judiciales.
Hoy a Moyano solo lo acompaña Sergio Palazzo de La Bancaria, un sindicalista aggiornado a los tiempos que corren con el frente judicial cubierto, y los gremios estatales que no pertenecen a la CGT, caracterizados por una lógica de negociación más combativa.
No es casualidad que esta “desgracia” en la que cayó el sindicalismo haya oficiado de escenario ideal para que el Ejecutivo pueda atropellar con el techo del 15 por ciento, que es la nueva meta inflacionaria del Central, y fundamentalmente con la muerte de la cláusula gatillo. En este sentido, hace algunos días desde su columna en el diario Clarín, el periodista Ignacio Zuleta señaló que por lo bajo en los pasillos de Balcarce 50 se habla de “cláusula embarazo”, dado que ya no habrá un ajuste automático del salario toda vez que la inflación supere el aumento otorgado, sino solo un compromiso de sentarse a conversar a los nueve meses con los números de la inflación arriba de la mesa.
El gobierno confía en que una vez transcurrido el primer trimestre del año, que será picante en materia de inflación por los aumentos en los precios regulados, la inflación tendría que converger a tasas del 1% mensual. Cabe agregar que dicho análisis es tomado con escepticismo por el consenso de los analistas.
Provincias alineadas.
Díscolos o en sintonía con Cambiemos, lo cierto es que todos los gobernadores que suscribieron el Consenso Fiscal, y con ello el compromiso de adherir a la nueva ley de responsabilidad fiscal, están obligados a considerar la inflación como parámetro de crecimiento del gasto público.
Como el gasto en personal es la erogación que insume la mayor parte de los recursos, no queda mucho margen para pagar salarios por encima de la inflación, con lo cual la excusa de la meta inflacionaria del 15 por ciento, aunque sea muy difícil de cumplir, les viene como anillo al dedo a los gobernadores.
Por otra parte, la “cláusula embarazo” es una alternativa tentadora para las provincias ya que les permitirá recomponer sus alicaídas cuentas públicas. Con salarios creciendo al 15 por ciento y los ingresos al 30 por ciento, tal como vienen comportándose las transferencias por coparticipación en el primer mes del 2018, los caciques provinciales estarán muy interesados en no separarse mucho de lo que propone el gobierno nacional. La Arena