Con los testimonios de la mitad de los testigos previstos, la mayoría de ellos policías, se desarrolló hoy en la Audiencia de Juicio de Santa Rosa la cuarta jornada del juicio oral y público contra 14 ex policías por el delito de sedición.
Si bien originalmente estaba previsto oír 15 testimonios, finalmente solo se escucharon ocho porque el defensor oficial, Martín García Ongaro, desistió de siete y el restante no se presentó a la audiencia. No obstante, la defensa indicó que tratará que ese testigo concurra en los próximos días.
Los imputados de la causa por sedición son Fernando Alberto Rolhaiser, Diego Hernán López, Guillermo Julián Giménez, Daniel Narciso López, Carlos Daniel Gatica, Luis Horacio Bruno, Carlos Aníbal Mendibe, José Luis Furriol, Marcelo Ormaldo Cisneros, Jeremías Martín Salvatierra, Luis Rodrigo Wiggenhauser, Roberto Germán Mora Bartolomé, Pablo Orlando Montes y Silvio Norberto Rojas. Además éstos dos últimos están acusados de daño y coacción por un hecho colateral. Salvatierra y Montes fueron declarados en rebeldía y se pidió que sean detenidos porque no han asistido al juicio.
Todos los ex policías son representados por García Ongaro y la también defensora oficial Paula Arrigone. Solamente Rojas tiene un abogado particular, Boris Vlasich. Los jueces que llevan adelante el proceso son Carlos Besi, Gastón Boulenaz y Gabriel Tedín.
El fiscal general, Guillermo Sancho, acusó a los imputados de sedición porque sostuvo que el 11 de diciembre de 2013 a última hora de la noche tomaron en forma "violenta y hostil" la Jefatura de Policía, el Centro de Control, Operación y Monitoreo Policial (Cecom) y la Dirección de Comunicaciones, con el fin de "arrancarle al Poder Ejecutivo Provincial" una serie de reclamos que solicitaron en un petitorio que había sido entregado en el Ministerio de Gobierno, Justicia y Seguridad.
EL 101 Y TRES MUJERES
Los primeros testimonios de hoy fueron de dos policías que se desempeñaban como operadores de la línea de emergencia 101 que funcionaba en el Cecom. Jesús Arhex afirmó que el servicio estuvo interrumpido durante el conflicto y que las llamadas "no se atendían". Alfredo Gustavo Sierra, que participó de la manifestación, también ratificó que los teléfonos no se atendieron.
Natalia González es una ciudadana que aseguró no tener ningún interés en particular con la causa y que concurrió a la protesta de aquel día por solidaridad con los uniformados, al considerar que "los reclamos eran legítimos porque había atrasos con los adicionales y los patrulleros estaban rotos y sin luces". "Me enteré por Facebook y concurrí con mi hija. Había muchas familias y todo fue pacífico", indicó.
Romina Camarero es médica y trabajaba en el Servicio de Emergencias Médicas. Contó que el día 12, entre las 8 y las 20, atendió a tres pacientes, uno de ellos con una herida de arma blanco. "No sé si llamaron al 101 o al 107, que es el número de emergencias médicas porque a mí me avisó la telefonista adónde debía concurrir –relató–. El 107 está conectado con el 101, pero no sé en qué número la telefonista recibió los llamados".
Claudia Pardo es una ama de casa que vive en el barrio San Cayetano. Contó que el día 10, cuando existió un intento de saqueo al supermercado La Anónima, ubicado en la calle Pilcomayo, "la seguridad estuvo reforzada. No vi patrulleros ni motos, pero sí camionetas que circulaban constantemente con policías sobre las cajas. Hubo un negocio al que quisieron entrar y la policía se llevó a esa gente".
JEFES POLICIALES
Juan Carlos Mendiz era el segundo jefe de la Seccional Primera. Dijo que, tras participar el día 10 de las tareas preventivas ante ese intento de saqueo al supermercado, el 11 iba a irse a descansar, pero al surgir comentarios de una eventual protesta se quedó prestando servicio. "Nos preparamos para batallar", describió, aunque luego aclaró que no hubo inconvenientes.
Vlasich le preguntó sobre la conducta y el concepto que tenía de Rojas. "Lo conozco hace muchos años. Es un buen policía y una buena persona. El llegó al día siguiente (el 12) y me dijo que no estaba de acuerdo con el acuartelamiento. Me pidió ir a patrullar, pero le dije que no porque no entrábamos todos en los dos vehículos, un Corsa y en una camioneta Ranger". También expresó que durante el patrullaje de la madrugada del 12 y a posteriori "más de media comisaría fue conmigo a la Escuela de Policía" y, entre ese personal estuvo Rojas.
– ¿En esas horas la Seccional Primera estuvo bajo control?, preguntó Sancho.
– No. Nosotros salimos a recorrer y la orden fue no volver a las comisarías para evitar roces innecesarios con el personal porque se esperaban peleas que finalmente no ocurrieron. La comisaría no estuvo controlada, aunque cada vez que regresé a ella no hubieron hostilidades para conmigo.
Mendiz confirmó que Montes sí estuvo entre los suboficiales que resolvieron no trabajar.
Braian Elizondo era oficial inspector de la Seccional Tercera. Aseguró que "la dependencia estuvo tomada" y que él patrulló junto al jefe y al subjefe de la comisaría y otros oficiales. "El 101 no funcionó, por eso no podíamos operar entre los móviles –contó–. La frecuencia era el canal 4 y no se podía operar porque pasaban música. Por eso debimos comunicarnos telefónicamente. Así se llevaron a cabo los patrullajes".
Omar Eduardo Obholz era el jefe de la Seccional Segunda. Dijo que el miércoles 11 a las 23 un grupo del personal subalterno le avisó que no trabajaría. Esos policías se quedaron en el patio de la dependencia y al otro día fueron hasta la Jefatura. "Serían unos 30. No hubo ninguna situación de hostilidad. Esa noche no se atendieron los teléfonos en la comisaría. Sonaban y no se atendían", declaró. Ante una consulta de la fiscalía, señaló que los autoacuartelados se llevaron un vehículo oficial.