El año 2018 no será electoral, pero será un año político. La mayoría de los dirigentes dicen que para 2019 falta mucho, que la sociedad tiene la cabeza en otra cosa. Pero todos comienzan a hacer sus planes para las próximas elecciones y quieren empezar a sacar ventaja. En los próximos meses comenzarán a configurarse los escenarios y los candidatos para esos comicios y apenas el mes del Mundial dará una tregua. ¿Cuáles serán las metas para el peronismo pampeano durante 2018?
1 El famoso desdoblamiento. El PJ ya avisó cuál va a ser su estrategia electoral: desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales y esquivar el efecto tracción de Cambiemos en La Pampa. Si lo dijo Daniel Bensusan, uno de los ministros con más proyección política de esta gestión, hay que darlo casi por hecho. Los gobernadores del PJ ya lo han asumido en sus territorios y Verna, el estratega del peronismo, siempre apostó por provincializar las elecciones. Y más ahora, que la mayoría de los mandatarios sufrió en 2017 la ola electoral amarilla. La mitad de las provincias del PJ ya tiene sus comicios separados -algunas por mandato constitucional-, y la otra mitad lo hará seguramente en 2019. Buenos Aires no lo hará con la reelección de María Eugenia Vidal. La unificación de elecciones le sirvió en su momento al PJ pampeano cuando CFK traccionó votos en 2011, pero cuatro años después no tuvo ningún efecto. Para 2019 no se observa un panorama distinto. Verna tiene capital electoral propio y no necesita la boleta nacional. Es más, le podría restar.
2 Todos a la reelección. A pesar de los últimos golpes recibidos por el gobierno nacional, la dirigencia del peronismo tiene en claro que hoy Macri irá por la reelección y con altas posibilidades de repetir, salvo que medie una profunda crisis económica. Y fragmentado el peronismo y sin un conductor excluyente, más a su favor. En La Pampa las elecciones de 2017 y los ajustes en la gestión de Verna parecen dejar en claro que el mandatario irá por un segundo mandato. Es el candidato puesto. El pilar ordenador de todo el peronismo. Aunque se lo critique, se lo necesita arriba. De no estar él, todos temen una "guerra civil" entre los que quieren sucederlo dado que muchos tendrían, con razón o sin ella, pretensiones de competir por el cargo. No parece haber por ahora una figura que lo suceda de su entorno, y menos con consenso en el resto del PJ.
3 Reconfigurando el PJ. Este año el PJ pampeano tiene que renovar su estructura partidaria. La actual está obsoleta, fue conformada cuando el jorgismo era oficialismo y se quedó con casi la mitad de los cargos. Todo el mapa político provincial cambió abruptamente desde entonces y el jorgismo ha ido perdiendo espacios. Dirigentes consultados afirman que más allá del cambio de nombres, tiene que haber espacio para la compleja y difusa categoría de la "renovación generacional". Son los funcionarios, dirigentes e intendentes que rondan los 40 años y buscan abrirse camino. Como ocurre a nivel nacional, se le quiere hacer un lavado de cara al PJ, aunque sin excluir figuras de años. La buena noticia: la unidad, garantizada por Verna y refractaria al espanto que es el PJ nacional. ¿Construir una identidad más cercana a las necesidades de la sociedad?
4 La maldición opositora. Si algo ha jugado a favor de Verna, y este lo ha cultivado, ha sido la división de la oposición pampeana. Cambiemos estuvo a 76 votos de ganar la elección el año pasado, pero no tuvo proyección para consolidarse como opción de poder hacia 2019 para intentar hacerse con la esquiva alternancia. El radicalismo, en su fragmentación e internismo, hace todo lo posible por diferenciarse del Cambiemos-Pro. Temen ser engullido y no quiere ser "cola de león", pero va dando pasos erráticos mostrando su deshilachado presente. El tema de Portezuelo del Viento dividió aún más las aguas entre los dos sectores. "¿Cuál mitad es Cambiemos en La Pampa? ¿Hay Cambiemos en La Pampa?", comenta sonriente Verna a sus allegados mientras sigue por su notebook los cruces entre dirigentes. La política provincial parece reflejarse en un punto en la nacional: si Macri sostiene su poder gracias a la fragmentación del peronismo, Verna observa cómo la oposición provincial juega a dividirse y a apuntalar su posición.
5. Andar sin que me toquen. El PJ nacional está fragmentado y sin liderazgo, y se barajan posibilidades para competir unido en 2019, pero sus grietas no parece que vayan a cerrarse. En PBA los intendentes buscan la unidad, pero por un lado está Cristina Fernández y por el otro un peronismo refractario al kirchnerismo como Massa o Randazzo que no la quieren, pero sin ella el armado queda medio vacío. En el interior están los gobernadores, ajenos a la oposición a ultranza de CFK. Joaquín Múgica Díaz los llama el "peronismo del medio": ni oficialistas con Macri, ni opositores quemando puentes como CFK. Moderación, diálogo y consenso son la línea que manejan con la Casa Rosada. Son parte de los que tratan de encontrarle el rumbo al PJ nacional. Si CFK se radicalizó, los mandatarios mantienen posturas tradicionales y pragmáticas. Quieren garantizar su gestión y también 2019 frente a la reelección de Macri. Verna además logró lo que muchos mandatarios peronistas no pudieron: un peronismo con el kirchnerismo adentro y sin la figura de CFK.
6 Larguemos que se termina el mundo. Muchos saben que enero de 2019 será tarde para arrancar con sus candidaturas, salvo para los más conocidos y posicionados. El resto debe calentar motores antes. Aunque vayan regulando. Ya hay nombres lanzados por debajo, aunque algunos sean pura ficción y globos de ensayo. Hay nombres para competirle a Altolaguirre en Santa Rosa, y para suceder a Rainone en General Pico, lo que desata algunas disputas, como la que protagonizan una diputada y una ministra. Los funcionarios saben que no deben mostrarse como candidatos y que la gestión es prioritaria. Pero además los tiempos políticos han cambiado con respecto a otros: Mac Allister ya dijo que será candidato y la UCR anunció que intentará frenarlo con lo que pueda; mientras el PJ sabe, y quiere, que Verna vaya por la reelección. Ya no hay tiempo para perder en La Pampa.
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