La pampeana Anabela Aguirre denunció que su esposo Enrique Damián Castillo -desaparecido en el submarino ARA San Juan- no era submarinista ni tenía capacitación para estar en el submarino.
A través de su sitio de Facebook, Anabela dijo que “sos un héroe que fue por un capricho de un capitán que no pensó ni razóno, que no sabías hacer un escape colectivo en caso de emergencia, que no sabías usar la boquilla para bucear, que no sabía colocarte el traje de salvavidas y eso no se aprende señores en un viaje”.
“Sino cierren la escuela de submarinos”, dijo Anabela.
“Pero como eras tan profesional fuiste así no te manchaban la foja impecable que siempre tuviste. Con los ojos llorosos nos dijiste cuando te ibas ‘cuando vuelva, ma, esto no va a quedar así’. No volviste y yo quedé para luchar por vos, vi lo que sufrías al irte”, afirmó.
Anabela Aguire dijo que “por ese ser maravilloso que me enamoré y forme una familia sigo de pie y voy a luchar para que los responsables de esto paguen el daño que nos hicieron. Estos tipos que dicen estar capacitados así defienden un país, mandando a alguien sin capacitar a un submarino”.
También aseguró que “nos destruyeron los sueños, los proyectos, y sobre todas las cosas le quitaron a Luci al mejor papá del mundo. Y le quitaron a nuestra Argentina un excelente profecional en su especialidad. Que no era la de submarinista!”.
Único
A fines de la semana pasada, Anabella había mencionado que su esposo “Quique” Castillo, “estaba en una división donde no navegaban” durante una entrevista con el canal de televisión cooperativa de Pico, TVCO.
La mujer detalló que “él estaba preparado para hacer otra cosa, no para salir en un barco. Estaba preparado para hacer su trabajo”. Castillo pertenecía a la División de Inteligencia y, según contó su esposa, “dos dias antes le avisaron que tenia que ir en el submarino” porque “iban a patrullar el Mar Argentino”.
Anabella explicó que su marido fue “el único de los 44 del submarino que no era submarinista” y que accedió a la tarea porque “no habia otro en su área que lo quisiera hacer”. Agregó que “los que van en el submarino hacen una capacitacion, que dura un año y él -por su esposo- no hizo nada”.
Visiblemente emocionada, Anabella sostuvo que su pareja “no estaba muy contento, no queria ir. No queria dejarnos solas porque era la primera vez que el submarino salia tantos dias a navegar”.
Sobre la relación con los submarinistas, la mujer contó que Castillo “al único que conocía era al maquinista, habló con él para saber que tenía que llevar”. Se quejó también porque “ni siquiera le dieron la ropa adecuada, tuvo que salir a pedir prestada. Hasta una bolsa de dormir tuvo que pedir porque iba a dormir en la sala de torpedos, donde hay camas improvisadas para los que van “de sobra”.
Finalmente, la joven cuestionó a las autoridades de la Armada Argentina: “nos han mentido muchisimo, nos esconden cosas. La verdad la saben ellos, para mi ellos saben donde esta el submarino pero no lo quieren dar a conocer”, concluyó.