El diputado provincial Martín Berhongaray (Frepam) presentó un proyecto de ley para que en La Pampa todos los establecimientos gastronómicos de expendio de comidas y bebidas -como restaurantes, cafés con servicio de mesa y mostrador, bares, pizzerías, lomiterías y parrillas- deberán contar con los elementos necesarios para poner a disposición de sus clientes agua potable para el consumo personal de forma gratuita, sin límite de consumo y sin que medie solicitud alguna.
En caso de aprobarse la norma, esos establecimientos deberán colocar, como mínimo, una jarra o envase similar provista con agua potable por mesa.
"Este proyecto de ley persigue como objetivo facilitar el acceso al agua potable de parte de los clientes de aquellos establecimientos comerciales vinculados al rubro de la gastronomía", dijo el legislador.
Recordó que Naciones Unidas, a través de la Resolución 64/292, dispuso que el acceso al agua potable consituye un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida. Por otra parte, en noviembre de 2002 el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU adoptó su Observación General Nº 15 sobre el derecho al agua, prescribiendo que "El derecho humano al agua es el derecho de todos a disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico".
El legislador dijo que desde el año 2013 la Cátedra del Agua de la Universidad Nacional de Rosario viene impulsando, en conjunto con la Defensoría del Pueblo, la campaña denominada "Derecho de Jarras" con el fin de que se garantice el acceso al agua sana, pública y gratuita en bares, restaurantes y distintos lugares públicos de la provincia de Santa Fe.
"Aceptado universalmente que se trata de un derecho humano fundamental, no corresponde pagar por él sino que su ejercicio no debe encontrarse sujeto a contraprestación económica alguna", dijo. "Así pues el objetivo perseguido consiste, en pocas palabras, en asegurar el acceso del fluido a toda persona que así lo desee a partir de la colocación de recipientes aptos para su suministro".
"Va de suyo que el cliente podrá comprar la botella de agua si así lo desea, pero la 'Jarra' constituye una opción para proveerlo de agua de calidad", expresó.
"Entendemos que la medida propuesta no afecta en modo alguno la sostenibilidad económica de los emprendimientos gastronómicos. Íntimamente relacionada con una cuestión de hábito, a modo de ejemplo cultural y económico cabe recordar las implicancias de la modificación de actitud urbana respecto a la prohibición de fumar en espacios de servicios gastronómicos. Una de los argumentos que se mencionaban en contra de su implementación residía en que traería aparejadas pérdidas económicas a los bares y restaurantes porque se produciría una merma con la clientela fumadora. Eso nunca ocurrió", finalizó.