LA CARNE VACUNA Y EL BIODIESEL, EN LA DISCUSIÓN Arduas negociaciones mantiene Nación con la finalidad de sellar definitivamente el dilatado tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, un acuerdo que lleva casi dieciocho años discutiéndose.
El mayor foco de discordia se circunscribe a la comercialización de los productos primarios y las manufacturas de origen agropecuario, que son los principales productos de exportación tanto de la Argentina como de la República Federativa de Brasil.
Al margen de las implicancias negativas que seguramente tenga la apertura comercial de bienes industriales procedentes de economías altamente competitivas como las que ostentan varios de los países integrantes de la unión; el origen de los disensos actuales entre ambos bloques se relaciona en definitiva con los onerosos subsidios agrícolas que la Comisión Europea deriva a todos los agricultores del viejo continente.
Se sabe que estas subvenciones absorben casi el 40% del presupuesto total del bloque regional, lo que contribuye a consolidar a los agricultores europeos como una verdadera corporación difícil de soslayar en el marco de las negociaciones.
Los subsidios en acción
Las compensaciones a la producción agroalimentaria europea se desprenden de la Política Agraria Común (PAC) de la unión, la cual consiste en el sostenimiento de un sistema de precios orientado a proteger la producción local.
Todos los años antes de comenzar la campaña agrícola la Comisión Europea, en un proceso donde también interviene en consulta el parlamento del bloque, determina dos precios distintos para cada producto agroindustrial que funcionan de manera complementaria al precio de mercado.
En efecto se erige un precio garantizado que de no alcanzarse, es decir en el caso de que el precio de mercado no llegue a equiparar la garantía, es cubierto por la Unión; y un precio umbral, superior al precio garantizado, que rige para los productos equivalentes importados, con lo que se vuelve imposible su colocación desde el extranjero.
Lógicamente que no es fácil para el bloque regional europeo salir de este esquema ya que supone un desmembramiento de la actividad agropecuaria en la unión, algo que tendría consecuencias nefastas en términos de empleo. Por ello no es casualidad que la propuesta de la Unión Europea al Mercosur haya sido tan mezquina.
La Pampa y la decepción.
Dado la fuerte primarizacion de nuestra economía provincial y los denodados esfuerzos que con resultados discutibles se hacen desde el Gobierno Provincial para incentivar el agregado de valor a nivel local, que no es otra cosa que añadirle trabajo pampeano a los productos de nuestro campo, sin dudas que el acuerdo Unión Europea – Mercosur es una oportunidad para La Pampa.
No obstante todo dependerá del desenlace de la negociación ya que justamente dos manufacturas insignias de la Provincia de La Pampa, como la carne vacuna y el biodiesel, son el principal foco de desacuerdo entre ambos bloques para sellar definitivamente el trato.
Puntualmente la última propuesta que cursó la Unión Europea respecto de la colocación de carne vacuna y biocombustibles libre de aranceles, es decir que no deben ingresar al precio umbral, no resiste el menor análisis por parte del Mercosur.
Europa ofreció al bloque que integran Argentina y Brasil, entre otros países latinoamericanos, tan solo 70.000 toneladas de carne vacuna y 600.000 toneladas de biocombustibles libre de aranceles, cuando la expectativa de mínima a nivel local era de una oferta cuatro veces superior.