SIGUE EL ESCÁNDALO EN CATRILO TRAS EL "COMPLOT": FAMILIARES DE PRESOS DENUNCIAN ABUSOS
El conocido delincuente vuelve la primera plana. Hace unos días lo acusaron de presionar a sus compañeros de celda y ahora lo señalan por graves abusos y truchar certificados.
A raíz del artículo publicado el martes por este diario en donde se dio a conocer una investigación que está llevando adelante la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA) sobre un posible complot entre un sargento y un preso en la Comisaría de Catriló, un familiar de un detenido se comunicó con esta redacción para aportar un valioso testimonio sobre lo que ocurre en la dependencia policial.
“En la nota que salió en LA ARENA se dice que (José Rodolfo) Murray intentó engañar a otro, Guillermo Spaghetti, algo que no me extraña. Pero la situación es mucho peor. Tiene amenazados a todos los que están presos con él. Obliga a los detenidos a pedirle ropa nueva a sus familiares para después quedársela. Lo mismo ocurre con la comida: las cosas que le llevamos no le duran nada porque Murray se las saca”, dijo el familiar del preso que pidió la reserva de su identidad.
“Además de agredir físicamente a los demás detenidos, Murray los obliga a practicarle sexo oral. Incluso los ha lastimado. Yo no entiendo qué es lo que hace la policía ¿Quién me garantiza que mi familiar no aparezca un día de estos con una puñalada?”, agregó. “Murray es el que dirige todo y la policía no hace nada porque le tiene miedo o porque directamente hace la vista gorda. A los otros detenidos los tiene de ‘mulos’, es el patrón de estancia, el jefe de lugar”, cerró.
La manzana podrida.
Ante las versiones que circulaban sobre el comportamiento abusivo de Murray, los familiares de los detenidos llegaron hasta los jueces de Ejecución, quienes de inmediato tomaron las denuncias y mantuvieron una reunión con las autoridades de la Comisaría de Anguil. Como era de esperar, la policía negó rotundamente la posibilidad de que se hayan cometido vejaciones en los dos calabozos que tiene la seccional. Quizás por miedo, también los detenidos lo negaron cuando se les consultó.
Es llamativo lo que ocurre en Catriló. A diferencia de otras comisarías adonde existe una buena convivencia entre los presos y cordiales relaciones con las autoridades, desde hace un tiempo la dependencia policial del pueblo se ha oscurecido. Quizás Murray tenga que ver con ese clima tumbero. El delincuente introdujo en la comisaría algunos códigos de supervivencia que seguramente aprendió en la Unidad 4 cuando estuvo preso por un homicidio. Hay quienes lo describen como la manzana podrida que pudre el cajón.
“Murray no es cualquier preso, es un personaje complicado. Es un tipo que está al margen. Yo no estoy de acuerdo con el sistema carcelario pero debo reconocer que este es un caso patente de excepción. Cada vez que ha salido ha reincidido”, dijo una fuente judicial que conoce el caso.
Otro dato llamativo es que en la comisaría de Catriló conviven condenados por delitos contra la propiedad con otros que han sido sentenciados por violaciones y abusos sexuales en más de un oportunidad. “Si los mezclás en una cárcel común es muy probable que haya problemas, pero en una comisaría no debería ser así”, agregó la fuente.
Certificados truchos.
Hace algunos años, Murray no apareció en las páginas de este diario por haber delinquido sino por haberse proclamado secretario General del Sindicato Unico de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria. Meses después, el hombre volvería a caer detenido perdiendo así sus fueros gremiales.
Lo que no perdió fueron las mañas para ganarle días a la Justicia: en los últimos meses, Murray intentó engañar a los jueces de Ejecución ¿Qué hizo? Presentó quince certificados de estímulo educativo que eran truchos. Argumentando que había iniciado una carrera terciaria o universitaria en dudosas instituciones educativas, el condenado pretendía reducir algunos plazos de su condena. El juez Martín Saravia desestimó los certificados porque no estaban avalados por el Ministerio de Educación.
Investigan un complot
Un sargento de la Comisaría de Catriló está siendo investigado por la FIA luego de que lo denunciaran por haber iniciado la negociación de una propiedad con un preso al que tenía que custodiar. De la denuncia se desprende que el efectivo podría haber estado complotado con un detenido (José Rodolfo Murray) para presionar a otro preso (Guillermo Spaghetti) a que venda su casa. La transacción no llegó a concretarse pero el uniformado fue trasladado a la comisaría de Miguel Riglos.
A LARGA CARRERA DELICTIVA DE MURRAY
El hombre y su prontuario
¿En qué momento el destino de un hombre se tuerce para siempre? Sería interesante rastrear el punto de quiebre en la vida de José Rodolfo Hernán Murray (38), cuándo fue que el hijo de quien fuera varias veces intendente de Mauricio Mayer entró en una pendiente oscura que lo ha llevado a convertirse en un delincuente múltiple y peligroso a lo largo de tres décadas consecutivas.
El primer caso resonante que lo tuvo como protagonista ocurrió el 17 de julio de 1999 en Santa Rosa, cuando asesinó a golpes con el críquet de un auto a Claudio Marcelo "El Conejo" Giménez. Por el hecho lo condenaron a 14 años de prisión. Murray dijo que había matado porque no le pagó una deuda por la venta de droga.
En 2007, por un breve período, el nacido en Colonia Barón gozó de un régimen de semilibertad. Le duró poco: en una salida transitoria de la comisaría de Mauricio Mayer, se subió a un Volkswagen Gol y chocó contra un árbol en el ingreso a la localidad. Volvió a la cárcel hasta el 2010.
El 'dealer'.
El 12 de enero de 2011, Murray cayó junto al policía Walter Noé Rodríguez (de Mauricio Mayer) y Paola Vanesa Giovanettone por tráfico de drogas ilegales. En un primer momento la Justicia Federal investigó una posible conexión de la banda con la provincia de Santa Cruz, aunque en el último tiempo se percibió que su actividad se limitaba a nuestra provincia. En una vivienda de General Pico donde residía la mujer fueron secuestrados 188 gramos de cocaína dispuesta en cápsulas de 10 gramos, 4 teléfonos celulares, la suma de $1.372 pesos, un revólver calibre 38.
Abusador armado.
En 2016, la Justicia piquense lo condenó a cuatro años y seis meses de prisión por dos causas: abuso sexual gravemente ultrajante y coacción contra una menor de 13 años y tenencia de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización. Murray había besado y tocado de manera impúdica y libidinosa a la niña e insistió en mantener relaciones sexuales. En la causa consta que Murray amenazó coactivamente (a la menor) a que no dijera nada porque tenía muchas armas, había matado mucha gente y no quería volver a hacer cosas malas.
Violento.
La última condena que recibió Murray (38) fue en el mes de mayo de este año: seis meses de prisión por haber amenazado a su ex pareja en dos ocasiones ¿Por qué lo condenaron? En el juicio quedó demostrado que el 19 de octubre de 2014, el acusado amedrentó telefónicamente a su entonces pareja y le dijo que la mataría si dejaba de visitarlo en su casa de Mauricio Mayer. Seis días después, fue a buscarla porque ella quería terminar la relación. Fue entonces cuando le dijo: Vos nunca me vas a dejar. Voy a matar toda tu familia si me dejás y te voy a buscar por todos lados o te voy a mandar gente para que te haga mierda.