UN ESPECIALISTA EN INFORMÁTICA HABLO SOBRE "BIGDATA"
Sin querer, muchas veces sin leer bases y términos de condiciones, entregamos muchos de nuestros datos. Edades, estado civil, gustos, hábitos, quedan reflejados en buscadores y redes sociales.
El docente, periodista y especialista en temas cibernéticos Esteban Magnani analizó la relación que existe entre los grandes buscadores de la red y las redes sociales, y cómo estos servidores se nutren de datos que los usuarios, muchas veces inconscientemente, aportan.
En palabras de Magnani, como “Bigdata” se entiende la idea de grandes cantidades de datos que se procesan en tiempo real, manifestados en muchas de las actividades que realizamos en el mundo analógico, y que se reflejan en el mundo virtual. Merced a nuestra actividad en Facebook y WhatsApp, por citar los más conocidos, los grandes servidores conocen qué música escuchamos, sobre qué publicamos, qué nos gusta y qué nos pone tristes, y hasta cómo nos posicionamos ante una noticia política, aún cuando pensemos que no lo estamos haciendo.
Contenidos.
“Las redes sociales permiten dirigir la publicidad de una manera mucho más eficiente”, afirmó el especialista en una entrevista con Radio Noticias. Los datos que proporcionamos como usuarios, permiten crear publicidades específicas a destinatarios que coinciden con el perfil potencial de la campaña. “En Facebook podés dirigir la publicidad de cualquier producto a personas con esos gustos”, sostuvo el entrevistado.
La otra ventaja de las redes sociales es que no es necesario captar la atención para producir contenidos, la red lo hace por uno. En los últimos años este negocio se fue perfeccionando. Se realizan diferentes versiones de una misma presentación para ver cuál es la genera más “engagement”, es decir la que tiene más recepción, más posibilidades de un click y de compra de ese producto. “Se trata de manipular el deseo humano para llevarlo y utilizarlo en función de intereses económicos”, detalló Magnani en función del objetivo de grandes corporaciones. “Lo que se ha descubierto es que es una herramienta de control político”, advirtió.
Control.
“Si descubriste cómo vender determinado producto, también podés pensar cómo hago para venderle mi candidato”, manifestó el periodista. Los datos permiten crear realidades segmentadas en el plano virtual donde a cada persona le llegan las cosas que piensa. “El algoritmo de Facebook nos mantiene en la zona de confort”, dijo Magnani, porque se apelan a los sentimientos para mantenernos en ellas.
De esta forma, de acuerdo al especialista, un candidato puede aparecer con mil caras, en cada realidad, con ideas que ni siquiera tienen que ser coherentes entre las ideas que transmite o con lo que propone.
Las redes sociales cada vez tienen más presencia como fuente de información en la vida cotidiana de las usuarios. “No están pensadas para informar y fortalecer la democracia”, afirmó el periodista. Desde esta interpretación, no funcionan como canales alternativos de circulación de información.
En la actualidad, la información circula por redes sociales, se arman campañas y se prueban en lugares. Se emite un anuncio del cual derivan versiones que amplifican la información. A partir de ese momento, se empieza a probar sectores de la sociedad donde las distintas versiones puedan encontrar consenso. “Voy administrando la realidad de tal manera que los discursos circulen en función de mis propios intereses”, explicó el especialista.
Posverdad.
El concepto de “posverdad” tomó relevancia en los últimos años y es una de las grandes preocupaciones para las democracias de todo el mundo. Según el entrevistado, “se trata de versiones y discursos que no tienen coherencia, circulan y después se desmienten”.
Sin embargo, aquellos mensajes donde se desmienten las versiones, no llegan siempre al público receptor de la versión inicial. Se instala una idea que es costoso revertir y supone un temor para las democracias conectadas a Internet. “Ya no es plantear una realidad alternativa de los hechos si no plantear confusiones respecto a los hechos” reflexionó el especialista.