Una mujer de 36 años, domiciliada desde hace dos años en Mauricio Mayer, denunció una situación de violencia de género en su casa ejercida por su concubino, un peón rural de 39 años. La Justicia en un primer momento le impuso al golpeador una restricción de acercamiento personal a la víctima, pero después le prohibió el ingreso a la localidad.
Las actuaciones judiciales se iniciaron en la subcomisaría de Mayer el domingo al mediodía.
“La damnificada se acercó a radicar una denuncia penal por amenazas verbales y lesiones físicas propinadas por su concubino, quien trabaja en un campo ubicado a tres leguas del pueblo. Presentaba hematomas en la espalda, brazos y tórax”, contó a LA ARENA el subcomisario Angel Fleitas.
“La vecina detalló que recibió dos o tres golpes de puños y con un rebenque de amansar caballos. La llevamos al hospital de Winifreda donde fue examinada por una doctora y después procedimos a la detención del hombre”, agregó el uniformado.
La pareja tiene tres hijos en común de 10, 12 y 14 años. Consultado sobre si los menores presenciaron la golpiza dada a su madre, Fleitas respondió “en algunas ocasiones sí, sucede que esta señora hace 20 años aproximadamente que viene sufriendo este tipo de maltratos. El siempre le prometía amor y reconciliación y ella creía que iba a cambiar. Esta vez se sintió segura y respaldada por distintos organismos públicos y la comunidad para radicar una nueva denuncia”.
“No es la primera vez que lo acusa en sede policial, hubo otras veces cuando vivían en Anguil. La nueva agresión que sufrió el fin de semana la llevó a que hablara con los hijos y tomara la decisión de denunciarlo para no pasar nuevamente por ese sufrimiento personal y que afecte a su entorno familiar”, amplió.
Formalización.
El lunes, la víctima fue atendida en Santa Rosa por el equipo técnico de la Unidad Funcional de Género y un móvil llevó al detenido a la Ciudad Judicial donde la jueza de control Florencia Mazza, tras indagarlo, le formalizó la denuncia y aceptó la solicitud del fiscal Eduardo Torino de imponerle una restricción de acercamiento de 200 metros a la vivienda de su concubina por tres meses.
“El imputado no puede tener contacto personal con la mujer ni tampoco por redes sociales ni por aparatos telefónicos. Y desde ayer directamente tiene prohibido ingresar al pueblo hasta tanto se termine el proceso judicial”, indicó Fleitas.
< Luis Barbaschi para LA ARENA 29/11/2017 >
