LA DECISIÓN DE VIAJAR A DIARIO A LA LOCALIDAD, AYUDO A QUE LOS MELLIZOS PUEDAN DESVINCULARSE Y CRECER
Este año comenzó a funcionar un botiquín, que comercializa toda clase de medicamentos menos psicofármacos.
Es un gran beneficio para los pobladores de Mauricio Mayer. Salud Pública habilitó el emprendimiento del farmacéutico de Winifreda, Darío Zimmerman y su esposa Analía Verba.
Sus hijos, los mellizos Mateo y Simón, mucho tuvieron que ver con la iniciativa que llevaron adelante sus padres.
El botiquín está ubicado en una habitación cedida por la Municipalidad, aledaña al edificio comunal.
“Hacía tiempo que queríamos abrir un botiquín en esta localidad, algo que veníamos charlando con el intendente cada vez que se acercaba a nuestra farmacia”, contó Analía. Con su marido tomaron la decisión final el año pasado cuando un grupo de especialistas integrado por una pediatra, psicóloga, psicopedagoga y nefróloga les recomendó “separar” a los mellizos porque vivían “como si fueran una sola persona y necesitaban su independencia”. En ese momento, los chicos cursaban cuarto grado en la Escuela 104 de Winifreda. “Los trámites para obtener la habilitación nos llevaron mucho tiempo, desde septiembre de 2016 hasta marzo de 2017. Nos otorgaron dos habilitaciones: la física, a fines de febrero de este año, y el 6 de marzo abrimos al público justo con el inicio del ciclo lectivo”.
Consultada sobre el proceso de desvinculación de los mellis, Analía admitió que “primero se extrañaron muchísimo, pero ellos tuvieron que decidir quién se venía conmigo y quién se quedaba. Les dije ´no me pongan a mí en ese compromiso´. Mateo decidió quedarse en Winifreda y Simón viaja todos los días conmigo y estudia en la Escuela 103”, marcó. “Se adaptó re bien, se hizo de un grupito de amigos de quinto grado, van a Winifreda, se sabe quedar en Mayer a pasar la tarde y después regresa con Elcira (López) la bibliotecaria del pueblo”, señaló. Simón en agosto de 2010 fue trasplantado de un riñón. Darío, su padre, le donó el órgano, una historia de vida que conmovió a La Pampa y al país. Analía explicó la diferencia que existe entre una farmacia y un botiquín. “En la farmacia debe permanecer un farmacéutico todo el tiempo y en el botiquín no es necesario, sí debe haber un responsable a cargo. La otra diferencia muy importante es que en el botiquín no se pueden vender psicofármacos. Después encontrás perfumería, regalería, óptica y medicamentos en general, menos psicofármacos”, remarcó.
Los primeros vecinos que se acercaron al botiquín “me preguntaban si trabajaba con obras sociales y les decía que sí”, recordó. Se acuerda también de un poblador que un día le dijo que tomaba un remedio hace 20 años, pero lo compraba en una farmacia de otro pueblo “porque siempre me bancó”. Al día siguiente “volvió con el listado de remedios que consumía y me dijo ´apoyo al botiquín del pueblo te los voy a comprar a vos´”. Así comenzaron a vincularse la responsable de atender el botiquín con sus clientes. “Siempre se va incorporando gente nueva, si no tengo un medicamento en el momento al otro día se los traigo. Acercan sus recetas y tratamos de cumplir con todas las necesidades de los vecinos”, apuntó.
El trato es tan fluido que le hacen consultas por Watsapp, mensajes de texto o la llaman por teléfono. En breve sumará el servicio de posnet para que puedan pagar los remedios con tarjetas de créditos y aprovechar promociones con descuento.
La vida de Analía cambió. De lunes a viernes se levanta a las 6,30, despierta a sus hijos, les prepara el desayuno, a veces espera el pedido de la droguería para llevar los medicamentos que tiene encargados a Mayer y después viaja hacia esa localidad distante unos 20 kilómetros de Winifreda. Todo lo hace con entusiasmo porque “hay muy buena respuesta de los vecinos, me hacen sentir muy cómoda, cuando vienen se quedan a tomar mates, charlamos un rato, es algo familiar. Y con la directora de la posta sanitaria tenemos una muy buena relación”, concluyó.
> LA ARENA ESPECIAL ANIVERSARIO DE MAURICIO MAYER 14/11/2017 <