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Foto del escritorNorberto G. Asquini

Pueblo por pueblo: bastiones en crisis, la fe y las piedras


¿Quiénes fueron los intendentes que "cumplieron" durante las legislativas del 22 de octubre en La Pampa? ¿Cómo le fue al PJ y a Cambiemos en dónde gobiernan? Analicemos pueblo por pueblo las performances de una elección más que reñida.

En el PJ la "remontada" histórica de más de 20.000 votos con respecto a las PASO se observó en Santa Rosa y General Pico, ya que entre ambas ciudades sumó 11.500 votos más de diferencia de los que tuvo en agosto, y fue lo que le dio la mínima ventaja. En el interior de la provincia el justicialismo incrementó otros 8.000, quedando empatado con Cambiemos en unos 50 mil votos para ambos.

El voto más urbano

En Santa Rosa el PJ remontó 6.340 votos para superar a Cambiemos (un 28% más que en agosto) y en General Pico 5.212 (44,3% más). Cambiemos bajó en ambas ciudades: 1.804 votos menos en Santa Rosa (cayó un 6%) y 1.467 en Pico (bajó el 8%). En ambas la diferencia fue exigua, un empate técnico, 181 votos a favor del PJ en Santa Rosa y 19 a favor de Cambiemos en Pico, ambas fuerzas derrotadas en las ciudades en las que se consideraban más fuertes. El gobernador Carlos Verna dio cuenta de que la interna del PJ influyó en los números de General Pico, por las diferencias entre sus "espadas" políticas locales. Una caída histórica para el peronismo piquense. En Santa Rosa el que la sufrió fue el intendente Leandro Altolaguirre, que había dicho durante la votación que el resultado iba a legitimar su gestión, y ahora el PJ piensa en sus posibilidades de volver a gobernar la ciudad en 2019.

El voto estratégico, independiente o autónomo, tal vez más urbano, como quiera considerarse, pesó en las dos principales ciudades, esta vez a favor del PJ que sacó más ventaja, pero Cambiemos mantuvo casi su caudal, aunque fueron 3.600 votos los que se le escaparon entre las dos elecciones y pudieron haber definido la general. El PJ literalmente "sacó agua de entre las piedras" rastreando casi casa por casa sus apoyos en toda la provincia.

Los bastiones en crisis

Pero si en Santa Rosa y General Pico las elecciones estuvieron empatadas, y hubo festejos cruzados, en el interior el PJ descontó también con su levantada. El PJ apenas perdió en 13 de las 57 localidades que gobierna, el 22,8%. En las PASO había perdido en 24, y esta vez once intendentes remontaron las derrotas de agosto.

Algo que mostraron estas elecciones fueron bastiones electorales del PJ en crisis. General Pico fue el ejemplo más concreto. Pero hubo otros como Quemú Quemú, que pese al fuerte acompañamiento que ha tenido del gobierno provincial no pudo dar vuelta la elección y sufrió una de sus más duras derrotas en 30 años. El apoyo gubernamental no se pudo plasmar en el apoyo de los quemuenses y Cambiemos superó al PJ por 400 votos. Ingeniero Luiggi fue otro duro golpe para el justicialismo, gobernada por Oscar Zanoli. Esas dos localidades, junto con General Pico, fueron bastiones históricos del PJ y del vernismo y distritos que históricamente empujaron el escrutinio hacia el triunfo peronista.

Los que cumplieron y los que no

Las otras pérdidas para intendentes del PJ a manos de Cambiemos fueron Lonquimay, Hilario Lagos, General San Martín, Jacinto Arauz, Agustoni, Colonia Baron, Colonia Santa María, Unanue, Doblas y Anchorena. Varios jefes comunales son nuevos, pero otros que gobiernan desde hace décadas ya comenzaron a pensar en retirarse tras la debacle.

Hubo quienes cumplieron y remontaron con creces, sobre todo en las localidades grandes del interior: los que descontaron más de 300 votos de diferencia con respecto a las PASO fueron Toay (más de 700), 25 de Mayo (+650), Eduardo Castex (+600) y Macachín (+300), los cuatro jefes comunales habían perdido en agosto. Ahora el resultado pareció legitimar al toayense Ariel Rojas para pensar en algún lanzamiento provincial. También levantaron los votos en localidades no gobernadas por el PJ como General Acha (+600), Intendente Alvear (+550) y Victorica (+400). Pero hay que matizar, la performance en todas las localidades había sido muy baja para el justicialismo en las PASO, de ahí la recuperación.

Igualmente la remontada del PJ se dio en todos lados. Los apoyos subieron en 74 localidades y en apenas cinco bajó el caudal de votos con agosto: Vertiz, Monte Nievas, Bernasconi, Abramo y Luan Toro.

El voto de fe a Cambiemos

Pasemos a Cambiemos. El PJ remontó en casi todas las localidades, pero esto no significó la caída, como estimaban algunos analistas y dirigentes, de los respaldos hacia Martín Maquieyra. Sobre todo se pensaba en alguna fuga del votante radical herido con la interna o crítico al macrismo. El voto fue útil, opositor al PJ, y en este sentido, hubo un "voto de fe" de buena parte de los electores del interior hacia Cambiemos y el macrismo como opción de poder frente al peronismo. Timbre para los radicales provinciales que le sacaron el hombro a la campaña. De hecho, desde el macrismo vieron con malos ojos que un legislador nacional no haya acercado a su familia a votar en su propia localidad.

Los intendentes radicales cumplieron: salvo en Santa Rosa y Quehué, los otros 15 jfes comunales ganaron todos y superaron la buena elección que habían realizado en las PASO. Lejos de la acusación de "vernistas" que le endilgó el intendente Altolaguirre a sus pares.

Solamente en los municipios gobernados por partidos vecinales el resultado cambió: en Victorica, a pesar de ser el intendente Hugo Kenny radical y haber coqueteado con Cambiemos -y también con el PJ- esta vez ganó la lista justicialista. El jefe comunal pareció soltarle la mano a la candidata radical de Cambiemos, Gloria Cazanave, que perdió en su localidad por 200 votos. En Quetrequén y Falucho también ganó el PJ.

Hay un dato significativo: en 50 localidades Cambiemos levantó los votos conseguidos en las PASO por las tres listas que habían competido, aunque haya perdido finalmente en varias de ellas contra el PJ. En otras 29 bajó el caudal de votos, sobre todo en localidades medianas, aunque igualmente se impuso en nueve de estas. Párrafo aparte es General Acha: desde 2013, elección en la que ganó sorpresivamente allí Javier Mac Allister, esa ciudad se ha mantenido fiel al macrismo, y nuevamente Cambiemos se impuso al PJ que tuvo una gran remontada. La fidelidad del voto a la boleta "amarilla" fue casi exacta a las PASO, apenas tuvo uno de menos.

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