LA LLUVIA Y EL VIENTO SE ADUEÑARON DEL DOMINGO
Entre la madrugada y la mañana del domingo cayeron 40 milímetros. En el Bajo Giuliani el oleaje anegó la ruta provincial 14 donde otra vez se cayó el guardarrail.
Los 70 cm que separaban el agua del asfalto en la ruta 35 para Vialidad Nacional la semana pasada, hoy son apenas 50 cm y se aproxima el final anunciado.
Los proyectos del organismo nacional no contemplan la realización de un alteo por lo que la ruta 35 está sentenciada a cortarse en los próximos meses. Solo se prevé acondicionar un desvío de 9 km con ripio, para cuando la ruta esté cortada y que deberá utilizarse hasta que la nueva circunvalación esté construída.
De continuar las tendencias climáticas actuales y el bombeo de la Laguna Don Tomás la no realización de un alteo en la ruta 35 puede implicar serios trastornos por al menos 3 o 4 años.
Ahora también la Ruta 14 afectada
La Ruta Provincial 14 a la altura del Bajo de Giuliani se vio particularmente afectada por el viento del suroeste que azotó la provincia en la jornada dominical. Más de un automovilista se vio sorprendido por el extraño espectáculo que significó ver la calzada invadida por la espuma y la sal. Es que la costa sur de la arteria que une a Toay con la Ruta Nacional 35, a la altura del bajo, fue la que sufrió los embates del oleaje provocado por el viento.
De hecho, una parte extensa del trayecto que atraviesa el espejo de agua directamente no contaba con el guardarrail, el cual estaba caído en el agua. Esos sectores estaban señalizados con tambores de 200 litros pintados de rojo y blanco. Entre las 14 y las 15, cuando un equipo de este diario se acercó al lugar para tomar imágenes, pudo ver que más de un curioso se dedicó a tomar imágenes de la ruta invadida por la espuma y la sal.
La situación era distinta sobre la Ruta Nacional 35, porque la dirección del viento hacía que el oleaje fuera mayor en la costa oeste, justo donde el cuenco tiene menor altura y no significa una amenaza para la carretera. El problema para la arteria nacional está del lado oeste, donde el enorme espejo de agua que recibe los excesos hídricos de Santa Rosa crece a razón de un centímetro cada tres días, crecimiento que ayer se vio incrementado por la persistente lluvia que comenzó en la madrugada y se extendió hasta el mediodía.